RESEÑAS

Rocanrol hepático

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Los vasos de birra se multiplican en las manos de los asistentes. Maldita sed, maldito calor, con un poco de bebida quizá se apague por un rato el fuego. Algunos muchachos, superados por las gotas de sudor que humedecen sus remeras rockeras, se ponen en cuero antes de que arranque la función. La letra simple y contundente de “Fiesta cervezal” parece una postal de lo que ocurre en Groove, pero todavía sin el suficiente ánimo festivo dentro del recinto.

Atrás había quedado la espeluznante performance de Romapagana, la muy buena banda de Andrea Prodan, más conocido como “el hermano de Luca”. Allí no terminaría la participación estelar del músico y actor italiano, ya que luego retornaría brevemente al escenario para interpretar dos temas junto a El Bordo: “Destrozar tus ojos” y“El ojo blindado”, de Sumo.

Después de este impresionante segmento, “Los perdidos” aprovecharon para entonar el hit “Luca no se murió, está tocando con Pappo para los pibes de Cromagnon”. El espíritu exultante desbordaba el lugar desde hacía rato, con globos y trapos alegóricos que reemplazaban a las tristemente célebres bengalas.

Tras un comienzo rockero basado en temas como “Jazz barrial” y “De vuelta al juego”, el conjunto liderado por Ale Kurz mantuvo su costado más salvaje con “Buscando”, “No quiero”, y promediando el recital, con “Quiero ver” y “Puerto escondido”.

Si bien en su último trabajo de estudio, “Historias perdidas”, El Bordo deja en segundo plano la distorsión de “Yacanto” (2007) para abocarse más dentro de un sonido introspectivo inspirado por la búsqueda, el grupo parece optar por no perder su fuerza rockera en el vivo. 

Eso sucedió el sábado en Groove. Había pasado más de media hora de una lista intensísima, hasta que el concierto pidió bajar un cambio. Por ello, la voz cantante de El Bordo invitó a “una canción para los días grises”. De esta manera, la melancólica “¿A dónde vas?”, hizo que las parejas melosas se abrazaran mucho. La mencionada gema es el nuevo corte del álbum “Historias perdidas”, y ya tiene su video oficial en youtube.

Más tarde, para dar inicio a los bises, El Bordo eligió homenajear al recientemente fallecido Rubén Basoalto, baterista emblemático de Vox Dei. Mención especial aquí para Miguel Soifer en los parches, que introdujo un glorioso solo que derivó en “Guerreros del viento”, canción escogida para el merecido tributo.

“Soy inmortal”, “En la vereda”, “Mal trago”,“Aquella nochecita” y “Los perdidos”podrían haber sido una seguidilla con forma de cierre perfecto, si no hubiese existido la insistencia del público que imploraba por “una más”. Así las cosas, “Posesivo” y “La banda” clausuraron un concierto marcado por una sana euforia popular.

Al final, una morocha bordolina que agitó y bailó durante todo el show, esquiva al éxodo masivo mientras recoge su bandera junto a un amigo. Ella no se ha tomado todo el vino, pero el rocanrol hepático que le brindó su banda favorita la emborrachó de música y alegría.

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