RESEÑAS

Adictivo Niceto

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Un picnic kisth imaginario es ,quizá, la imagen más representativa de la previa. Mi abuela diría que la ropa del público adicto es estrafalaria, mi mamá diría que es ridícula y ellos mismos se definirían como glam. Cualquiera de las definiciones vale para la descripción de la imagen. Así es como se encuentran… sentados en el piso, con más delineador negro que purpurina dorada y más medias de red que boas de plumas.

JUSTIN TIMBARLAKE- el NSYNC que se largó como solista y se convirtió en la revelación popera del año pasado, a fuerza de tirar gritos a lo JACKSON en su hit “Like I love you”– suena de fondo. Cuando faltan diez minutos, la música se interrumpe y los chillidos ansiosos toman protagonismo. Tras unos minutos agónicos RUDIE (programador), SERGIO (batería), JULIAN (guitarra), MARIANO (bajo), YULIANO (teclados) y TOTO (Voz) bajan por una escalera y toman posiciones sobre el escenario.

Así es como “Di luz” –la primera de las diecisiete canciones de la lista- se escurre desde las tablas. Vemos a un TOTO que con sus movimientos exhibe su túnica entallada en la cintura con una media falda superpuesta que se extiende hasta sus pies. Envuelto en la tristeza del tema, mueve sus hombros- decorados con chabot negro- y extiende sus brazos, de los que penden flecos naranjas. Cierra sus maquillados ojos mientas que con sus labios color carmín confiesa: “Es que no voy a volver a enfrentarte / es que no voy a volver a llamar”.

El público extasiado reconoce “Común” y baila comandado por esa persona que, a la hora de las danzas, se roba la escena: el señor programador, RUDIE MARTINEZ. Ese mismo que enfundado en una remera del grupo, pantalones colorados y falda tableada negra, tira las bases para que el resto se acople logrando que la armonía reine. TOTO bebe un sorbo de cerveza, se para al lado de la batería de SERGIO SOTOMAYOR y salta bailando tras el micrófono.

Finalizada “Amor del mes” se viene el primer tema nuevo de la noche, “Descuida”. Tras ésta, la melancólica “Esquimal”, momento en que los coros del público resuenan en todo Niceto y donde el cantante se luce a partir de la expresividad con la que la entona, finalizándola con un casi susurrado “Gracias”. De esta manera, da paso a un “tema nuevísimo”, la excelente “La gloria”.

La primera reminiscencia al disco debut “Shh” se produce con “Llévame”, para después invitar a LUCAS MARTI de A-TIRADOR LASER. El muchacho -que es ,injustamente, más conocido porque PAPPO le rompió la nariz que por su grupo- suma su guitarra en “Sin mi” y en “Tu mal”, esa canción que relata la historia de un amor enfermizo y que la inician con una mayor oscuridad que la habitual. El haz de luz aparece con las mágicas manos de RUDIE, que intervienen para hechizar a la gente y a su propia banda. Y así es como lo demente del tema se disimula con los bailes del cantante y los saltos de la gente.

Ya estamos en la primer hora del show. En ese momento suena la reversionada “Vidrios”. Se viene la festejadísima “Ocaso” -interpretada dos veces, por desperfectos en las bases- y el “Bueno, nos vamos”, deslizado por TOTO antes de “Igual”.

El calor azota al cantante y decide pelear con su túnica. Esfuerzo y ayuda de MARTINEZ mediante, la arroja sobre un costado del escenario. Con el torso desnudo -propio de un hombre que no pesa más de cincuenta kilos- interpreta “La histeria”, tema finalizado con el caos musical más equilibrado de la noche y que da un respiro a la presentación.

Los músicos abandonan la escena y la retoman rápidamente para hacer “Nuevo rock” y así despedirse definitivamente. Las luces se encienden y el público se retira dándole la espalda a un escenario que durante esa última hora y media había albergado a una de las bandas más interesantes del pop actual. Tienen su actitud y sonido propio y se convirtieron en una banda, que si bien ha aumentado su convocatoria, sigue siendo de difícil ingesta.

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