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Wros fest – día 2
El miércoles pasado, A Wilhelm Scream, Strike Anywhere, Alkaline Trio y Rise Against dieron cátedra de hardcore punk en el Teatro de Flores.
Muchas expectativas, hipótesis y deseos había despertado la llegada a la Argentina por primera vez del Wros Fest, en el cual participaron grandes bandas internacionales del género hardcore punk como Rise Against,Pennywise, Streetlight Manifesto, A Wilhelm Scream, Alkaline Trio, Anti-Flag y Strike Anywhere. Y como todo lo que se espera con ansias, transcurrió fugazmente dejando en la atmósfera shows memorables, sorpresas inesperadas y algún que otro mal gusto.
El último miércoles 7 de noviembre la Ciudad de Buenos Aires se había convertido en una suerte de infierno. No solo los 35 grados de sensación térmica azotaban las calles dejando sin respiro a los porteños, sino que además los cortes de luz se multiplicaban por los barrios complicando el habitual funcionamiento de los semáforos y el transporte público. Sin embargo nada de ello pudo contra la fuerza de este evento ambicioso de corte universal que hace unos años se veía como irrealizable en un país de Sudamérica.
Tal como informaba el cronograma, cerca de las 18 horas, con un público más que abundante del otro lado de las vallas, salió a escena A Wilhelm Scream; el quinteto norteamericano liderado por Nuno Pereira no tuvo nada que envidiarles a los elefantes que lo precedían, y demostró por qué hoy es reconocido por sus bases instrumentales sólidas y una fusión de estilos que hace imposible encuadrarlo en un género específico.
Desde el inicio del show se vivieron momentos poderosos de la mano de “The Horse” y “5 to 9”, temas que forman parte del álbum “Career Suicide”, sin dudas el mejor trabajo de la banda. Además sobresalieron “The King is dead”, por su trabajo de guitarras, y “I wipe my ass with showbiz”. La hora que duró el espectáculo dejó a todos inquietos y con la impresión de que bajo las claras influencias del hardcore y el metal, la banda logra consolidar una mezcla técnica y musicalmente superadora de las etiquetas tradicionales.
Mientras aumentaba el calor de forma proporcional a la cantidad de gente presente en el teatro, los cánticos, aplausos y arengas típicas del rock se colaban por los rincones. En este contexto apareció Strike Anywhere, uno de los principales exponentes del hardcore mundial, que desde sus inicios carga sus canciones de melodías rápidas y el compromiso con temáticas político-sociales. No solo eso, sino que además el carisma y la energía del frontmanThomas Barnett, un gringo petizo de rastas con rasgos caricaturescos que no para de saltar, hacen de esta banda un sello particular.
El primer sacudón lo dio “Chalkline”, uno de los temas más redimibles del primer álbum, “Change Is A Sound”, lanzado en 2001, y enseguida “Refusal” despertó las primeras olas de pogo en un mar cada vez más cuantioso y movedizo. La ya habitual dupla “Sedition” – “Blazed” hizo retumbar en bloque las paredes del teatro mientras Barnett se zambullía sin pudor entre los fans ubicados frente al escenario. “Prisoner Echoes», “To the World” y “Sunset on 32nd Street”, canción que hace un claro cuestionamiento al abuso policial, constituyeron grandes momentos del crisol de emociones que despertó Strike Anywhere gracias a su flexibilidad artística y musical.
La tercera banda en cuestión, Alkaline Trío, fue la que más se hizo esperar, y no casualmente la que avivó los primeros silbidos y demostraciones de agitación contenida, sobre todo teniendo en cuenta que para esa altura de la jornada no sobraba espacio, y menos aún aire fresco. El trío de Chicago se subió a las tablas cerca de las 9 de la noche y sin vueltas arrancó con “This Could be Love”, del álbum “Good Mourning” (de 2003), y enseguida “I lied my face off”, tema que da nombre al tercer EP de la banda.
De todas las agrupaciones que participaron del Wros Fest, Alkaline Trío es la que más se acerca a los límites del pop punk con matices góticos, teniendo en cuenta sus letras y melodías más limpias. De hecho, su último álbum,“Damnesia”, cuya tapa muestra una guitarra con un corazón, es una recopilación de versiones acústicas de sus clásicos. No obstante, en vivo suenan como un bloque de cemento, sin fisuras, que llama la atención por su solidez, y esto pudo corroborarse perfectamente con “Warbrain”.
Entre los más festejados estuvieron “Calling All Skeletons”, “Clavicle” y“Mercy Me”. El turno de Alkaline Trío transcurrió sin grandes sobresaltos ni pogos violentos, y es que los presentes se dedicaron casi exclusivamente a corear las letras y disfrutar de las armonías. Ya cerca del final se destacaron“Blue Carolina” y “Radio”.
Rise Against, una de las bandas de hardcore punk más influyente de los últimos años en todo el mundo, era sin duda la protagonista de la jornada, y una de las sorpresas del festival considerando que había pisado Buenos Aires a principios de 2011. El cuarteto nacido en Chicago en 1999 volvió con la escusa de presentar su último trabajo de estudio, “Endgame”.
Con Tim McIlrath al frente, la humareda artificial y un público que reventaba de energía, abrieron al ritmo de “Survivor Guilt”, flamante canción que discute los fundamentos básicos del imperialismo yanqui. Enseguida“Ready to Fall”, el hitazo del álbum “The Sufferer & the Witness” y “Collapse (Post – Amerika)”, materializaron con punk rock una visión positiva del respeto por la naturaleza.
Para los añejos hicieron “Broken English”, y enseguida “Help is on the way”y “Disparity of design”. El instante más conmovedor de la noche llegó con“Paper Wing”, que si bien es uno de los temas más triviales, explora el mundo de las relaciones humanas profundas identificando problemáticas habituales de la juventud actual.
Ya cerca de las 22.30 se aproximaba el fin de la jornada, aunque los miles de espectadores no parecían jactarse. Después de la firmeza de “Prayer of the Refugee” se despidieron precipitadamente. Claro que nadie se dio por aludido ya que faltaban los bises, “Give it all” y “Savior”, con los que se dilapidaron las pocas reservas de energía que quedaban dando vueltas.
El saldo que dejó el paso del Wros Fest por Buenos Aires fue rotundamente positivo y cristalizó el fruto del crecimiento que viene sosteniendo el género en la región desde hace algunas décadas. Todo hace suponer, entonces, que debido al éxito el evento podría instalarse definitivamente en la agenda cultural de nuestro país de aquí en adelante.
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