RESEÑAS

WILLY CROOK llevó su jazz a Campana

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En Amsterdam, un pub situado a unos 70 km al norte de la Capital Federal en la ciudad de Campana, WILLY CROOK , sin los FUNKY TORINOS pero acompañado de una guitarra acústica (con cuerdas de nylon) y seis buenos músicos locales, repartieron jazz hasta las tres de la madrugada del sábado.

EL dueño de todo

La noche arrancó bien jazzera. Como banda soporte, LOS COYAS fueron los encargados de ambientar la noche y generar más expectativas ante la presencia del “dueño del saxo”. Con un buen sonido acorde, interpretaron versiones de STOLEN MOMENTS, CARAVAN, FOOT PRINTS, y VIOLETAS.

Al finalizar LOS COYAS, WILLY CROOK salió del backstage para empezar su show. Muy distendido, bien vestido (anécdota: el músico supo ser modelo), y con mucha energía, el saxofonista que una vez fue ricotero (Gulp, 1984 y Oktubre, 1986), desde su guitarra mostró jazz –como bien sabe hacerlo- en versión acústica, interpretando Corcovado y una seguidilla de emblemas del género. Entre los aplausos de un público atento, EDUARDO GUILLERMO CROOK ya se sentía dueño de la música.

Compartir el Jazz

Después de otro intervalo LOS COYAS volvieron a escena. Esta vez para acompañar a CROOK que había viajado sin sus TORINOS. DAVID CANTONI en saxo, GIGIO BURIAN en saxo y flauta traversa, RUBEN ALVAREZ en trompeta, FABIAN ALVES en teclados, JOSE ALVAREZ en contrabajo y bajo, y ESTEBAN LEG en batería fueron por una noche los músicos de este personaje partícipe de la historia del rock argentino y compartieron con él su pasión y amor por el jazz.

Con una semejanza a ensayo y algo de improvisación, CROOK interpretó temas de su primer disco Big Bombo Mamma (1993) tales como Rock Revenge, If you, y de Eco (1998), como Never, Inside me y Money. Concentrado y atento a la performance de los músicos, -que también se ganaron los aplausos y la admiración del mismo CROOK- y demostrándose talentoso y profesional haciendo hablar a cada uno de los instrumentos, deleitó y dejó conforme al aglomerado público que apenas entraba en el lugar. “Que vuelvan los pecados al bar” –dijo. Y se despidió.

Para WILLY CROOK, la música es lo único que justifica su presencia en este planeta. Para los campanenses que supieron disfrutar del show, su visita a Campana justificó una noche de jazz de las mejores. El Acople también estuvo presente.

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