RESEÑAS

Vitalicios en el rock

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La historia del rock cuenta que las bandas no deberían existir más de 10 años y los músicos deberían morir antes de los 30. Por lo menos, y si no lográs ninguna de estas, retirate en un buen pico de creatividad y tratá de hacer algo decente para el regreso.

Por eso, ante Scorpions hay que sacarse el sombrero. Lucharon contra todos las adversidades. Salieron de Alemania, en 2010 cumplen 45 años de vida y sobrevivieron a toda moda que les impuso la radio y MTV. ¿Qué consiguen con eso? Una gira despedida que se extiende por todo el mundo, agotando cada lugar donde tocan.

Al entrar al Luna Park sorprende la brecha generacional del público. Hay chicos muy chicos. Y aunque Argentina siempre fue una plaza importante para el rock clásico, y uno no se extraña de ver pre adolescentes en shows de Purple o Sabbath, uno no pensaría que Scorpions renueva su público. Porque, digamos la verdad: los alemanes nunca tuvieron buen prestigio, casi que fueron tildados de grasas. ¿Y cuál fue su peor error? ¿Un par de baladas Fm? ¿Silbar en un tema? Vamos, que hay cantantes que salieron en MTV limpiando lo que hacían sus perros. No voy a dar nombres.

Un escenario básico, con un par de luces y esta gente que tiene 60 años de edad. Salen enchufados a 220 para comenzar con “Sting in the Tail”, de su último GRAN disco. Es verdad, en otra época éste sería un disco esencial para su discografía. El público lo sabe también porque agita y lo canta como si tuviera 30 años. Y en general es algo que pasa con el resto de las canciones de ese disco, como “Raised on rock” y “The best is yet to come”, con Klaus Meine jugando con los presentes a lo Freddie Mercury. Y le gusta tanto que hace que canten el coro varias veces. Parece genuinamente emocionado. No son tan alemanes, tal vez.

Hay rock and roll para los muchachos: “Bad Boys Running Wild”, “Dynamite”. Momentos para la zapada en “The Zoo” y si, también estas baladas tan Scorpions: “Holiday”, y sobre todo “Wind of Change”, que, la verdad muchachos, suena medio pasado de moda, por ser generoso. Pero todos conocimos a la banda por ese tema. Hay que tener respeto por los primeros contactos al “falso metal”.

Promediando el show, el baterista James Kottak (muy en la escuela de Tommy Lee), revoleando palillos, saltando por ahí, parándose en la batería, ejecuta un solo mientras, detrás, un video proyecta un tipo de película repasando la discografía del grupo. El fin del tape da paso a que Rudolf Schenker y Mathias Jabs arremetan con “Blackout”y “Big City Nights”. Los tipos siguen enchufados a 220; por favor, esta gente no para. Y uno que tiene que ver a su padre con una distintiva panza sentado en el sillón, los domingos a la mañana…

Obviamente, los bises son “Still living you” y “Rock you like a hurricane”. Muy lindo,0 cantamos y saltamos todos. Pero faltan varias cosas. Uno pensaba que, sabiendo que Tarja Turunen se encuentra en el país, interpretarían juntos “The Good Die Young” (canción del último disco que cuenta que la participación de la ex vocalista de Nightwish). Pero ni siquiera suena la canción. Y ojalá, teniendo en cuenta que es la despedida, se den otra vuelta durante el último tramo de la gira, ya que faltaron bastantes canciones esenciales, tales como “Rythm of love”, “No one like you”, Send me an angel” y “Moment of glory”, entre varias otras.

Así pasó Scorpions. Un grupo decididamente subestimado en la historia del rock. Si, no serán los mejores compositores, habrán tenido en pasos en falso, pero al final solo las buenas canciones perduraron. Algunas de ellas sonaron, otras quedaron afuera. Vinieron con un gran disco y se retirarán con el mismo. Yo que ellos, diría que Scorpions es algo para estar orgulloso.

azafatodegira.com

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