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Visiones íntimas
Vision Divine brindó un caluroso show el sábado en Groove ante una concurrencia menor. Esta fue la tercera visita de los italianos, segunda con la presencia del vocalista de Rhapsody of Fire, Fabio Lione.
La banda de power metal progresivo fundada por Olaf Thõrsen (guitarra) en 1998 regresaba a Argentina después de seis años. Esta vez, al igual que en debut del año 2000 en Cemento, lo haría junto al fabuloso vocalista de Rhapsody of Fire, Fabio Lione, quién regresó al grupo en mayo de 2008 en reemplazo de Michelle Luppi. En esta ocasión, mostrarían las composiciones de su séptimo disco de estudio «Destination set to nowhere» (2012).
La luz de Lione
El trío de metal progresivo instrumental Forceful sorprendió por su claridad, cambios de ritmo y por mostrar riffs modernos. “Último vuelo”, una de las piezas que pasaron. Después subieron los históricos Presto Vivace con su heavy metal intrincado, ofreciendo una performance a la altura de su carrera. Sonaron, entre otras, una antigua canción como “La dictadura de las máquinas”, y «Periferia vital», un adelanto del próximo disco.
Cuando a las 21.30 comenzó a sonar la intro “S ‘Io fosse foco”, el público no respondió con la efusividad de costumbre, posiblemente porque el contexto distaba de ser el soñado, a lo que se le sumaba una falta de lucidez y potencia en el sonido. De este modo, las iniciales “The dream maker” y “Beyond the sun and far away” sufrieron las consecuencias.
Pero la situación para Vision Divine empezaría a mejorar previo a la tercera melodía, “The streets of laudomia”. Primero Lione incorporó al show a los presentes con su simpatía, su predisposición y sus mensajes en un digno español. A su vez, el audio tomó un protagonismo total con la voz de Fabio como máxima estrella. Este hombre de 39 años deslumbró con su caudal, y por lo tanto «Violet loneliness» y «Colours of my world» pudieron brillar.
Las canciones de su más reciente trabajo «Destination set to nowhere» ocuparon buena parte del set, donde los sentidos solos de Thõrsen se disfrutaron en «Message to home» o el talento de su tecladista Alessio Luccatti en «The house of the angels». Una de las más festejadas por los fans fue la ganchera «Mermaids from their moons». A lo largo de estas melodías dejaron en claro su gran actualidad, y el esfuerzo que hicieron por superarse.
La intimidad del show dio para que Lione consulte sobre que cover querían elegir: Iron Maiden o Judas Priest. Gracias al favoritismo sobre Maiden se pudo disfrutar de una grandiosa versión de «Wasted years». Luego hubo tiempo para una de las influencias de los italianos, Savatage de quienes interpretaron una respetuosa «Gutter ballet».
Para la vuelta le pegaron otras dos nuevas canciones, «Destination set to nowhere» y «The ark», para luego darle un cierre definitivo con la deseada “Send me an angel”. Los músicos se mostraron felices a pesar del contexto, y se despidieron con las esperanzas de un futuro contacto.
Este nuevo concierto de Vision Divine no solo fue anunciado con poco de tiempo de anticipación sino que el momento elegido del año no fue el ideal. La abundancia de visitas internacionales, sumado al elevado precio de las entradas, hizo foco en la escasa concurrencia. Con el gran concierto que brindaron esperan atraer un mayor caudal de público para su próximo arribo.
*Fotos por Fernando Fernández
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