VILLANOS mix

Postura punk, frases que rozan los mejores slogans del pop, una esencia primitiva de rocanrol y una coyuntural máscara de espíritu setentoso se conjugan en VILLANOS.

Los 33 temas que sonaron el domingo pasado en El Teatro de Colegiales fueron el claro ejemplo de la pluralidad musical que podría haber llegado a rozar el absurdo, pero salió ileso, al igual que las oscuras ropas y la amarillenta cabellera de NIKO VILLANO, front-man de la banda.

El video presentación símil “película antigua”, con cuenta regresiva incluída, fue el marco mientras el resto de la banda, enfundada en remeras de rayas negras y azules, pisó el escenario.

Bajo la excusa de la realización del “dokumental” villano, la maratónica presentación comenzó con “Alta Tensión”, un tanto ruidosa y desajustada, seguido por “Hijo del rigor”, “Claudia Trampa” y “Maldito RNR”, donde el sonido logró estabilizarse.

“Atención”, la primera de las novedades junto a “Me cuesta” y “Error”, es la clara representación de acordes punk rock enraizada en la identidad villana.

El repertorio musical se metamorfoseó hacia certeros golpes de la furia rock concentrada en breves temas, como en “Dios es Argentino”, “Yo te doy” y “Vecinos de mierda”, para llegar a las extensiones melódicas que terminaban diluyéndose en estrepitosos finales, como “No Disparen”, y enmascararse en sonidos setentosos rockerizados como “Chau corazón”.

El sonido festivo de “Sauna” y “El señor de Galilea”, con un tono burlesco que el público siguió sin tapujos, son los temas que siempre quedan sonando en las mentes. Frases simples pero pegajosas cual chicle en el zapato, son la principal virtud (o defecto, según quién y cómo lo mire) de VILLANOS.

“Rocanrol kabeza”, estandarte sin igual, parece ser el himno de esta banda que durante años rodó en el under y hoy es uno de los caballitos de batalla de una multinacional. Pero las raíces pesan, por lo que “Si yo soy así” caló más hondo que cualquier tema de moda.

“Putas”, el hit “Sin mí” y “Sacate todo” (con NIKO y PUCHO, el bajista, semidesnudos) formaron el final donde lo pegajosamente punk enfila hacia el rock, para ser puro rocanrol.