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Vida eterna

Después del genial debut del cantante y compositor de Creedence, John Forgerty en mayo del año pasado, la versión Revisited tenía la responsabilidad de mantener en alto esa bandera. En sus visitas anteriores habían deslumbrado, así que no había porque temer.
Fiesta completa
Dos de los miembros originales, Doug “Cosmo” Clifford (batería) y Stu Cook (bajo) se juntaron en 1995 para revivir las melodías de aquellos gloriosos siete discos. En compañía de Kurt Griffey (guitarra), Steve Gunner (guitarra y teclado) y John Tristao (voz y guitarra rítmica) estarían deleitando a sus fanáticos con las canciones de siempre, pero con ese encanto único que solo ellos saben transmitir.
Después que Los Ojos de Clarence calentaran el ambiente, los Revisited subieron a escena a las 21.30 ante un estadio con más de 7500 almas. Solo para la inicial “Born on the bayou” el sonido estuvo algo desacomodado debido a un volumen bajo y sin la potencia necesaria.
El público pareció afectado por esta situación, por eso se mostró algo frío. Paradójicamente, con las mejoras técnicas brotó la calidez característica del fan argentino para la siguiente: “Green river”. A partir de ese momento, la energía de los espectadores se mantuvo estable con algunos picos mayores.
Todos saben que la carrera de Creedence fue muy corta en cuanto a período activo, pero eterna en cuanto a éxito y prestigio. Esos siete discos que lanzaron entre 1968 y 1972 marcaron a varias generaciones. Entonces cuando sonaban clásicos como “Commotion”, “Who’ll stop the rain” y “Hey tonight”, todos los entonaban con el mismo ímpetu.
Las palmas y las voces acompañaban a cada una de las melodías, con Tristao como maestro de ceremonia. Este hombre, con un tono similar al Fogerty de los comienzos, tenía llegada y transmitía sensaciones. Sin embargo, el cuarteto “Midnight especial”, “Bad moon rising”, “Proud mary” y “Fortunate son” no necesitaba apoyo alguno.
La base Cook y Clifford continúa sonando clara y con mucho ritmo, confirmando que la formación original se afirmaba en ellos. El que hace la diferencia es Griffey, un virtuoso violero que realiza solo precisos y con talento. Sin dudas, es el músico que más se destaca individualmente.
Todos los presentes estaban felices y lo demostraban con una actitud positiva. “Have you ever seen the rain?”, “Travellin’ band”, “Good golly miss molly” y “Up around the bend” los hacían sentir en un estado de bienestar.
Mientras Creedence continúe girando por el mundo, el público seguirá bailando con esas melodías enérgicas y súper festivas.
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