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Vetusta Morla: muéstrame los dientes

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Vetusta Morla volvió a Buenos Aires para presentar su nuevo disco, «La deriva», el jueves en el teatro Vorterix.

La clave del éxito es el trabajo, y el trabajo del músico es hacer buenos discos y salir a tocarlos. El éxito inmediato existe, pero no dura. Esto lo ha entendido Vetusta Morla, una banda que a base de esfuerzo ha tenido rédito. Después de casi 6 años viniendo al país, bajo todas las condiciones, hoy se pueden dar el lujo de llenar un teatro Vorterix prácticamente gracias al boca en boca y siendo completamente ignorados por los grandes medios de difusión.

Se apagan las luces y Pucho, su cantante, empieza con la percusión de «La deriva» y este sería uno de los pocos momentos tranquilos del show. Lo que en el disco suena hasta amigable y como un posible hit para el gran público, en vivo temas como «Fuego» se transforman en canciones de dientes apretados. Esto se debe a que las sutilezas acústicas y el trabajo de producción son reemplazados por el formato eléctrico y el protagonismo que toman las percusiones. Es por eso que composiciones como «Golpe maestro» adquieren la suficiente fuerza para hacer que la gente empiece a saltar. Es por eso que temas como «Un día en el mundo» o «Valiente» se cantan a los gritos, o que «La cuadratura del círculo» tome el nivel de catarsis necesario. Es cuando te das cuenta que la banda engaña: a pesar de un sonido amigable, hay mucho veneno en las letras.

Después de tantas visitas, el grupo ya tiene su nicho de seguidores y puede darse el lujo de tocar el disco nuevo de forma casi completa sin que esto altere la intensidad del show. Y si bien son de tardar bastante entre entrega y entrega, eso hace que cualquier material del grupo esté a la altura de su historia, haciendo que composiciones con escasos meses de vida como «Fiesta mayor», «Fuego» o «Alto» funcionen como si fueran clásicos históricos.

Sin dudas la banda entiende muy bien su oficio y con un excelente juego de luces logran mucho con poco. El muy buen sonido también se debe a que cada instrumentista sabe muy bien su lugar en la banda y qué tiene que hacer; no todos tienen que tocar todo al mismo tiempo. Ellos están al servicio de la canción y para el lucimiento de la voz tan particular de Pucho.

Con «Los días raros» la banda da por terminado un show de dos horas que no escatimó en emociones y canciones. Vetusta Morla es un grupo que engaña; en disco suenan amigables y melancólicos, pero en vivo te clavan el puñal.

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azafatodegira.com

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