
RESEÑAS
Valió la espera
Seguramente, para muchos sería cumplir un sueño demorado, y para otros saldar una deuda pendiente de la adolescencia. Cualquiera sea el motivo, la popular banda estadounidense de rap/ñu metal estaba a minutos de subir, después de la frustrada visita en octubre del año pasado.
Más de lo imaginado
Hasta el último viernes no se conocía quién iba a ser el acto de apertura, por eso cuando Pork salió a escena pocos estaban enterados de su presencia. Con la solidez que los caracteriza fueron ganando terreno canción a canción, logrando el pico máximo con la versión de “Walk”, de Pantera.
Ante tanta oferta de conciertos internacionales, los espectadores se acostumbraron a recibir bandas importantes. De este modo, la ansiedad ya no es la misma y muchos grupos sufren con esta situación. Previo al show de Limp Bizkit había dos comentarios que se repetían una y otra vez: que tendrían que haber venido diez años atrás, y que el estadio iba a estar semivacío.
Sin embargo, nada de ello ocurrió. El complejo estaba en un 85% y la expectativa por ver a Fred Durst y compañía era súper elevada, a tal punto que nadie quería perderse ni un solo acorde del show. A las 21.05 empezó a sonar la intro “Introbra”, que abre su reciente disco “Gold Cobra”, para luego pegarle “Hot dog” y despertar una locura impensada. De movida, el público demostró estar encendido, ya que no pararon de saltar ni de agitar en ningún momento. Los rostros de satisfacción se multiplicaban en cantidad, dando a entender una gran emoción. Con “Show me what you got”, y en especial con “My generation”, la vibra fue aún más asentada.
Si bien el audio siempre estuvo claro, al inicio los graves saturaban y provocaban cierta incomodidad. Esto se solucionó a partir de “Livin’ it up”, para no regresar jamás. Rápidamente Fred tomó el mando del escenario y se ganó el cariño del público con mensajes aduladores. Solo con su verborragia y carisma natural oculta cualquier rasgo de soberbia.
La lista de temas se centró en sus dos placas más exitosas, “Significant other”, de 1999 y “Chocolate starfish and the hot dog flavored water”, de 2000, en las que además encontraron un sonido personal y muy reconocible. Himnos como “My way” o “Nookie” hicieron que los fans desbordaran de alegría.
El regreso de Wes Borland en 2009 hizo resurgir a Limp Bizkit, y de alguna manera los volvió a posicionar. Después de dos discos intrascendentes, Durst separó a la banda y esperó por su guitarrista emblema. Hoy, con “Gold cobra” en la calle, el público volvió a tener interés, y eso se pudo percibir claramente durante el show.
Durst sabe manejar masas, no solo con su discurso sino con la atracción que representa su figura. Bajar del escenario y cantar desde las gradas entre medio del público, no es para cualquiera. Son gestos que el público sabe reconocer y que no olvidará jamás.
Desde sus comienzos, Limp Bizkit se caracterizó por versionar canciones, así que no sorprendió cuando homenajearon a Metallica con “Welcome home (sanitarium)”, y a Ministry con “Thieves”. Hasta DJ Lethal musicalizó con melodías de Crypress Hill o de la película “Ghostbusters”, que distendió a algunos y generó sonrisas en otros.
Luego Fred se acopló al DJ para emocionar a los presentes con la particular versión de “Behind blue eyes”, de The Who. Y si el estadio era una caldera, con “Take a look around”, “Faith” (de George Michael) y “Rollin” explotó, generando una gran emoción en sus músicos.
Limp Bizkit sorprendió a todos con un gran show, donde Durst y Borland tuvieron destacadas participaciones. Además, el público pudo escuchar en directo las canciones emblemas del ñu metal. La banda prometió volver y aseguró que no demorarán 16 años nuevamente.
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