¡EXTRA, EXTRA!
Uva, uva, uva

Usualmente, suele ser parte importante de algunos diarios informes con estudios de científicos que demuestran, por ejemplo, que tomar un vaso de jugo de mandioca los domingos al mediodía alarga el promedio de vida o que manejar más de siete horas diarias produce depresión y que para contrarrestar la angustia es bueno nadar en agua salada.
Y, como somos El Diario del Rock, no podíamos dejar de tener en nuestras páginas un informe del estilo: un estudio de la Universidad de Portsmouth (Inglaterra), demostró que escuchar música a volumen alto genera necesidad de beber alcohol con más velocidad y en mayor cantidad que lo habitual.
Para llegar a esta conclusión, se realizó una experiencia entre 80 consumidores de alcohol en un entorno musicalizado, comprobando los efectos referidos que tenían sobre ellos y su ingesta diferentes volúmenes y distintas bebidas. El responsable de la investigación, el psicólogo Lorenzo Stafford, señaló que a medida que la música se escucha más fuerte se hace más difícil para la persona que bebe controlar cuánto consume.
Así las cosas, ya está encontrado el motivo por el cual nosotros los rockeros solemos tomar más cerveza de la cuenta: no es porque nos guste, sino porque ponemos la música muy fuerte. Ya sabemos, entonces, qué hacer para beber menos. En el caso que queramos hacerlo…
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