Unidos por la felicidad

Correcta la afirmación de un amigo: No hay manera de que LAS PELOTAS suene mal. No existe tal posibilidad. Me lo dice y yo le pido que se calle, que la banda ya está en el escenario. No tienen aspecto de estrellas del rock, aunque bien podrían. No parecen ser arrogantes ni egocéntricos, como tanto roquerito modelo noventa. Arrancan con Día feliz y SOKOL empieza con ese baile tan suyo, tan único. Llega el estribillo pero la banda casi no se escucha; miles de voces están cantando: El dinero de hoy no me sirve, no importa…. Lo mismo ocurre con el segundo tema, Desaparecido. Con esas dos canciones yo ya estoy satisfecho.

Recuerdo haber presenciado hace poco un show de una tal JUANA, que dicen que está medio loca, y haber observado al bajista; su look impecable, un hermoso traje blanco, pantalones Oxford, una camisa negra que brillaba, un cabello rubio peinado a la moda. Pero de tocar el bajo ni hablemos; le erraba a las notas. Y lo peor era escuchar los lamentables coros que aportaba. Entonces a uno se le da por comparar: ve a GABRIELA, de remerita y jean, tan chiquita ella, con su bajo enorme, armando preciosas líneas, trabajando bases poderosas, arpegiando con pureza, metiendo slap, coros perfectos, actitud. La observas cerrando los ojos y disfrutando, saltando, cantándoles en la cara a sus amigos de banda. Eso para mí es ser rock en Argentina, un lugar tan lejos de las estrellas. Me encanta GABRIELA.

Escuchamos en silencio Como se curan las heridas, con su melodía claraoscura. Nos alejamos del suelo y encendemos hierba con Músculo y Hawaii. Los dos fotógrafos acoplenses deben andar por ahí, les imagino. Agradecemos por Pasillos, y personalmente, tengo un pico de emoción cuando ALEJANDRO SOKOL canta eso de …memoria sin dolor, memoria y luz….

Cuando GERMAN termina de entonar finalmente descubrimos algo…, acá, abajo, se vive una efervescencia única; todo está a punto de estallar. Entra la guitarra, arremete la voz: ¡esperando el milaaaaagro!. Y a otra cosa: los cuerpos te arrastran hacia la marea y solo se puede bracear y patalear. Más adelante, La Canción Perfecta: La mirada del amo. Gracias LAS PELOTAS, gracias. No, en serio, gracias.

Si con el riff inicial de Muchos mitos a usted no le sucede nada o no atina a mover alguna parte de su fisonomía, son dos las opciones: o usted es sordo o es un triste ente que carece de sentimientos; no queda alternativa. Luego de Muchos…, una piba que me había convidado cosas pregunta: ¿Venís siempre? Le respondo que sí y entonces ella dice: ¿Viste? Hace mucho que no tocan ´Sin hilo´. En eso pensaba cuando la batería de GUSTAVO arranca la canción. La chica me mira y sonríe, para luego perderse definitivamente en el pogo. Casualidades, que le dicen.

La banda se retira con Shine pero nadie se mueve. No estaba en lista, según me enteré después, pero todos sabemos que se viene SUMO. El ambiente amerita para que suene SUMO. Es por eso que GERMAN y SOKOL vuelven al escenario, solitos, amigos, hermanos, y empiezan Teléfonos/ White trash. Es esa en la que el pelado escribió y cantó: Si querés vivir equivocado, tenés que ser fuerte. Mi tema preferido de todos los tiempos. Es demasiado.

El abrumador y poderoso final llega con Fuck you, otro Sumazo. La banda se despide. Otra vez se siente que allí arriba no hay soberbia ni berretines de rockstar. Estrellas de rock hay en Estados Unidos, donde la rebeldía pasa por el reviente, la exposición y las poses rimbombantes. Acá en Argentina, bien al sur, bien en el culo, en un país pobre y devastado, los rockstars menemistas solo provocan gracia. El rock pasa por otro lado, amigos. El rock debe ser humilde, emocionante y cercano.

Es un gusto ver como estas seis personas disfrutan tocando, detectar mediante gestos la amistad infinita que los une. Ver que tocan para ellos, por ellos, porque es lo único que saben hacer, porque es lo que más le gusta hacer.
LAS PELOTAS, che. Me dan esperanza. Terminan de convencerme de que lo mejor que le puede pasar a un pibe que no encaja en este mundo de mierda, es tocar en una maldita banda de rock.