RESEÑAS

Una vuelta esperada

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Desde aquellos shows del 22, 23 y 24 de agosto de 1998 en Cemento y Acatraz que la banda alemana no visitaba nuestro país. Si bien la espera fue interminable para sus fanáticos, se acrecentó cuando en marzo de 2007 tuvieron que cancelar el concierto de Obras Sanitarias por un problema con el vuelo que venía de San Pablo.

La previa contó con la participación de tres grupos locales, Hyedrah, Lord Kraven y Seliger, quienes tuvieron la difícil tarea de entretener al siempre exigente público. Seliger fue el que captó las mayores miradas gracias a la energía de su cantante brasilero Gus Monsanto (ex cantante de Adagio y de Revolution Renaissance) y a una gran despliegue escénico.

Era el turno de Blind Guardian. La ausencia de música en los parlantes generaba un clima destemplando, no acorde a lo que se vendría. Sin embargo, a los espectadores poco les importaba ya que estaban guardando toda su energía para lo realmente significativo. De tal modo, con solo apagarse las luces ingresaron en un estado de excitación que nunca declinaría.

Tras una efectiva introducción de música clásica, se abrió el telón con la figura del batero Frederik Ehmke como el primer contacto visual con su público, para que luego se acople el resto y  comiencen con “Sacred worlds”. De movida, el sonido anunciaba que sería el ideal, aunque los nueve minutos de la canción inicial sirvieron para ajustar todos los pequeños detalles.

El cantante Hansi Kürsch tomó rápidamente el protagonismo, con una linda interacción con sus fans y con un manejo natural del escenario. Fue fundamental que continuaran con dos clásicos como “Born in a mourning hall” y “Nightfall” para provocar tanta emoción y cariño de entrada.

Vale destacar que después de tantos años de espera, la banda alemana decidió con buen criterio elegir canciones de toda la discografía, y no solo material de los últimos discos. Hubo lugar para hitos como Somewhere far beyond” (1992) y “Imaginations from the other side” (1995).

La dupla de violeros conformada por André Olbrich y Marcus Siepen demostró a cada momento su virtuosismo y buen gusto. Ellos son parte esencial del crecimiento musical del grupo, que pasó de un power/speed metal de los inicios a unas estructuras más complejas, cercanas a lo progresivo. El avance es tal que hasta los temas más antiguos como “Majesty” y Valhalla” toman otra fuerza.

Tras la sentimental “The bard’s song”, llegó el final con “Mirror mirror”. Los espectadores quedaron vitoreando al grupo a lo largo de varios minutos, dejando en claro lo que había significado el show para ellos.

Gracias a una gran performance, Blind Guardian supo redimirse de aquella suspensión de 2007, y dejó al público fanático enamorado nuevamente. Los rostros emocionados y las voces desgarradoras de los fans fueron una postal repetida durante gran parte del show. Seguramente, no demorarán trece años en regresar. Esperemos que así sea.

Redacción ElAcople.com

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