RESEÑAS
Una vuelta esperada

Desde aquel “Monsters of rock” de 1997, en el Estadio de Ferro junto con MEGADETH, WHITESNAKE, RIFF Y HALOGENA, que los norteamericanos no pisaban suelo argentino. Los fanáticos del rock progresivo ansiaban verlos nuevamente (y unos cuántos por primera vez). Esta banda que ya lleva 27 años de trayectoria y once discos de estudio, volvía por estas pampas para presentarse por primera vez como banda principal. Algunos intuían que el lugar iba a estar lejos de llenarse por la falta de publicidad, pero nunca nos imaginaríamos tanta desolación para un grupo de tanto prestigio.
¡Qué audio, por dios!
El acto soporte estuvo a cargo de POSICIÓN, una banda de rock clásico que sonó de forma precisa, pero que estuvo bastante seca a la hora de dirigirse al público. Ni siquiera utilizaron esta posibilidad como para promocionarse, ya que nunca dijeron el nombre del grupo.
Cuando el reloj marcaba las 21:30 se apagaron las luces del estadio, mientras unos teclados comenzaron a sonar. Rápidamente la banda salió a escena y los acordes de ”Best i can” dieron el puntapié inicial. Fue impactante el sonido que lograron desde el primer segundo del show. Claros, ajustados, elegantes, seguros, son algunos de los adjetivos que se le puede adjudicar a la gente de QUEENSRYCHE.
Los puños levantados para el estribillo serían una constante a lo largo del show, como así también las luces encendidas para los momentos adecuados. Sin embargo, la reacción de la masa fue muy ciclotímica. Continuaron con ”NM 156”, ”Screaming in digital” y ”I’m american”.
Y, con un cantante así… todo es fácil
Más allá de que la banda está integrada por excelentes músicos, el personaje fundamental es su vocalista de siempre: GEOFF TATE. Éste tiene un caudal de voz y una presencia escénica tremendas. Cuando teatralizó en las introducciones de algunas canciones, atrapó e intimidó de una manera difícil de explicar.
El pasado 13 de noviembre han lanzado su último disco llamado ”Take cover”, en el cual incluyen versiones de PINK FLOYD, QUEEN y U2, entre otras. De dicho disco, el sábado solo interpretaron ”Neon knights”, de BLACK SABBATH.
Como comentábamos al principio, el show de los norteamericanos no contó con una buena publicidad. Ver el campo a menos de la mitad de su capacidad y las populares casi vacías, no incitó a un ambiente muy festivo, a pesar de que la platea estaba prácticamente llena. De todos modos, cuando sonaron temas como ”Another rainy night (without you)”, ”Walk in the shadows” o ”Last time in paris”, los fans ocultaron esos grandes huecos.
Qué más le podemos pedir
El pequeño break dio lugar para que el público muestre su afectos hacia la banda; sin embargo, los acordes de ”The lady wore back” lo tapó y lo volvió a sumergir en este mundo fantástico. Ya una vez dentro, ”Empire” y ”Take hold of the flame” lograron ser dos de los puntos más altos de la velada, no solo por ser temas muy queridos, sino también porque la agrupación hizo participar a los presentes de una manera más activa.
Cuando todos pensábamos que ese era el final, QUEENSRYCHE, nos regaló una melodía más, la cual no estaba dentro del set list oficial. TATE les levantó un pulgar a sus músicos como para tocar una más, y estos aceptaron de inmediato. De esta manera los presentes pudieron disfrutar de ”Silent lucidity”. Después de casi dos horas de concierto, los cinco músicos se despidieron hasta una próxima visita. Esperemos que no tarden once años en volver.
Una lástima que no se haya acercado más público a un show de un gran nivel artístico, algo tan difícil de encontrar hoy en día. Las muchas ofertas musicales perjudicaron la convocatoria. Los que no estuvieron se perdieron un gran show. Los que sí acudieron se fueron súper conformes .
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