RESEÑAS

Una huella imborrable

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La propuesta del festival era inmejorable ya que además de contar con la presencia de varios grupos, el evento se desarrolló en un lugar acorde a la esencia de La Renga: tres escenarios rodeados de sierras; un río en donde los miles de fans pudieron refrescarse, y los campings de la zona invadidos por rengueros provenientes de las veintitres provincias del país. Sin ningún tipo de inconveniente, el clima previo fue de lo mejor que se pudo recordar en mucho tiempo.

Lovorne fue la banda encargada de dar el puntapié inicial al festival. Su show contó con varios temas de Pappo, el idolatrado padre de Luciano Napolitano, cantante y guitarrista, que tuvo que tocar con un sol castigador y para las pocas personas que decidieron entrar temprano al lugar.

Luego le siguió Edelmiro Molinari, quien abrió con “Adónde está la libertad”,un tema de Pappo, y contó como invitado a Jorge Araujo, ex Divididos, en el cajón peruano. “Cosas rústicas”, de Color Humano, fue el tema más coreado ya que fue versionado por La Renga en sus comienzos, a quienes Edelmiro llenó de halagos, elogios y agradecimientos.

Entre banda y banda no hubo que esperar siquiera un minuto, ya que ni bien concluía una empezaba la otra. El set de MAD fue atractivo con su hit “Pajarito on the rock” a cuestas y una muy buena versión de “Highway to hell”, de AC/DC. El Gato Medina y los suyos comenzaron a despabilar a la gente.

El grupo que siguió fue Koma, quienes cruzaban el Atlántico por primera vez. Los españoles sacaron a relucir toda su polenta con los tres integrantes vestidos de riguroso traje y desplegaron un set que estuvo entre los más potentes del festival.

Los Violadores, por su parte, tenían que ganarse a un público ajeno, y la banda de Pil lo hizo tirando toda la carne al asador. Pura potencia, mucho carisma y los clásicos imbatibles de siempre: “1, 2, Ultraviolento”, “Represión”, “Mercado indio”, “Violadores de la ley” y hasta con un cover de Manu Chao: “Clandestino”. Al terminar, la banda agradeció el gran recibimiento de parte del público renguero.

Fue curioso ver como al lado de muchas crestas estaban los flequillos rollingas de la gente que se acercó a ver a Los Gardelitos, dejando de lado esa tonta y ridícula rivalidad punks vs. stones. La banda de Eli solo tocó las canciones de su último disco, “Oxígeno”. Esto despertó la indiferencia de quienes esperaban los temas clásicos del grupo.

Desde la tierra del tequila llegó El Tri, la banda del mítico cantante mexicano Alex Lora. Diez años después de telonear a La Renga en Mar del Plata, volvieron a hacerlo con la misma fuerza y el mismo carisma. Muchos temas fueron coreados por ser conocidos por los seguidores de la banda de Mataderos, como “Triste canción de amor”, “Hey hey my my” y “Todo por el rock and roll”. La performance también incluyó el blues “Víctimas de Cromagnon”, “Cuando tú no estás” y “Todo me sale mal”.

Finalmente, pasada la medianoche La Renga salió a escena. “Almohada de piedra” fue el tema que abrió un show que no mostró una lista con demasiadas novedades respecto de sus últimas presentaciones. El recital no incluyó temas lentos ni canciones de sus dos primeros discos, sino que se basó mayoritariamente en sus producciones más exitosas como “Despedazado por mil partes” (1996), “El disco de la estrella” (1998) y “La esquina del infinito” (2000).

En sintonía con el lugar donde se desarrolló el festival, muchas de las canciones tocadas fueron las que hacen referencia a la naturaleza y a la sensación de libertad que ella ofrece. Entre éstas se destacaron “Ruta 40”, “Motoralmaisangre” y “Montaña roja”.

Un momento emotivo fue cuando Chizzo le dedicó “El final es en donde partí” al recientemente fallecido Alejandro Sokol, quien era muy amigo de la banda y cada vez que era invitado cantaba precisamente ese tema. Para finalizar el show, el grupo se despidió con los clásicos de siempre: “El revelde”, “El rey de la triste felicidad”, “La razón que te demora” y, por supuesto, “Hablando de la libertad”.

Antes de retirarse, Chizzo advirtió a la gente que ahí no se terminaba la cosa ya que iba a haber un “after hour”. Éste estuvo a cargo de Viticus, quien comenzó tocando temas de Pappo, enseguida se le sumó Chizzo y comenzó a armarse una gran zapada que contó entre otros con algunos allegados a la banda, Luciano Napolitano, varios integrantes de El Tri, y José Palazzo, productor del evento.

Lamentablemente el fest

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