RESEÑAS
Un show diferente

En la Ciudad Cultural Konex se programaron, desde el 8 de enero al 14 de marzo, diferentes actividades (teatro, cine, danza, circo, clown y música), bajo el nombre de “Parador Konex” y el slogan “Un respiro a lo urbano”. Todos los días se podrán disfrutar de estos espectáculos.
Guillermo Alonso, alias Coiffeur, dio el puntapié inicial a “Música de miércoles”, uno de los ciclos de este verano. Este consiste en sets acústicos, relajados y al aire libre (se realiza en el patio del lugar). Loli Molina, Onda Vaga, Gaby Kepel/Techno Folk, Rosal, Francisco Bochatón y Gabo Ferro, serán los artistas que se presentarán los miércoles subsiguientes.
Con agallas
La propuesta de este programa es pasar un buen momento en una noche de verano para distenderse un poco de la actividad diaria. Las instalaciones del lugar colaboran para que los asistentes se encuentren cómodos y disfruten de la velada de la mejor manera posible.
Mientras un DJ apaciguaba la espera, Coiffeur apareció silencioso entre medio del público con su guitarra a cuestas. Vestido con una bermuda y una chomba de color crema y descalzo, enchufó su viola en uno de sus amplificadores, probó el micrófono e inició su set sin saludo previo.
Generalmente, arrancar un concierto con cuatro canciones nuevas no es lo adecuado, pero en este ambiente tan desestructurado estaban las condiciones dadas para que esto ocurra. Y así fue nomás, la gente escuchó y aplaudió con mucha calidez cada una de las melodías. Vale aclarar que estas composiciones son tan recientes que ni el propio músico se acordaba del nombre de una de estas. “A los tumbos”, “Simulacro”y “Los cueros perfumados”, las que tenía bien presentes.
Luego de la repercusión que alcanzó con su segundo disco “No es”, de 2006, se está haciendo desear con su siguiente álbum. Según nos adelantó él mismo, éste verá la luz durante el primer semestre del año. Por lo escuchado el día miércoles, las melodías profundizan la propuesta del disco anterior, ya que estas giran en una onda más melosa, dejando de lado las guitarras más enérgicas de su opus, “Primer corte”. Veremos qué depara el resto de la placa.
Un don especial
Coiffeur es de hablar poco durante sus presentaciones; sin embargo, sus escasas palabras alcanzan para transmitir su paz y tranquilidad. Los presentes estaban en la sintonía de este particular artista. “En la frontera”, “Tan atento a que nada” y “Crujen”, son algunas de las que llegan a lo más profundo.
Este músico de la zona de Morón estaba tan concentrado y metido en su mundo, que tuvo que salir a la luz para averiguar el horario, y así calcular las canciones restantes. Tras ese momento, llegó el tema que más voces y aplausos cosechó: “¡Qué mala suerte!”. Aquí respetó la versión original, al igual que la siguiente, “Parece”. Por lo general, les va dando una vuelta de tuerca a sus viejas composiciones para que no le resulte monótono ni al público ni a él mismo.
Desde la organización le habían informado que tenía que tocar una última canción, es por eso que Guillermo decidió interpretar “Cataratas”, en cuyo estribillo repite de manera continuada la frase “Y yo me voy”. Su cierre ideal quedó en la nada cuando le avisaron que podía seguir con una más.
A pesar que el público le había pedido “Collage”, él prefirió mostrar otra desconocida como “Perfume de tintorería”, incluida en la reedición de “No es”. Se despidió tal cual había llegado, en silencio.
Estar sentado solo frente a un auditorio lleno que espera con ansias tu exposición no resulta para nada sencillo. Lo mismo sucede cuando un músico está solo en el medio del escenario con apenas una guitarra criolla y su voz. Este autor debe tener talento, poesía, carisma y, sobre todo, contar con canciones atractivas para ocupar esos espacios vacíos que suelen aparecer al no contar con una banda detrás. Coiffeur cumple con estos requisitos de manera convincente, ya que sus melodías trasmiten una pasión y una sencillez que hablan por sí mismas.
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