RESEÑAS
Un regalo importante

El reloj marcaba las 21 horas y 40 minutos cuando las luces del Teatro Ópera se apagaban suavemente preanunciando el comienzo del show. Era viernes y también sábado.
Como salidos de la tapa del último disco, aparecen los cuatro, que no son de Liverpool y tampoco de Mar del Plata. Entonces, de origen incierto y enfundados en impecables fracks hechos a medida, LOS TIPITOS arrancan con “Tan real”, y las cosas quedan claras desde el principio: “somos los mismos, no somos los clonados/somos la chispa, no somos los quemados”.
El viernes, nervios. El sábado, inicio irrefutable. Nuevitos, “Más allá de los dos”, “Elegido”, “Gatillo” y “Loca por la calle” van armando la lista de temas. FEDERICO BUGALLO (bajo, coros, letras, sonrisas y blanco de bromas) no tarda en saludar al público y pedir un cálido aplauso para presentar al quinto tipo, MARIANO CUSTODIO. Un pibito que tímidamente luce su trajecito y se reparte entre eléctrica y acústica para adornar bellamente melodías por aquí y por allá.
El áncora de voz
Suena “De este lado de la noche” y apunto algo en mi anotador: grandes coros. Ahí va una de las primeras cosas que en LOS TIPITOS puede dejarte boquiabierto. Desde siempre, voces arriba, voces abajo, voces que no sabes dónde ni cómo ubicar. Sabes lo que dicen, te pueden gustar o no pero que fueron dotados de una enorme capacidad para fusionar sus cuatro voces de manera original e impecable, no hay duda.
Tampoco deberíamos vacilar si vamos a pronunciar que WALTER PIANCIOLI (voz, teclados, guitarra eléctrica, letras, mente, cuerpo y alma) carga en sus dos manos el don de la armonía.
Luces apagadas, foco blanco y firme sobre el teclado. WALTER con su remera de “El resplandor” y su corazón delator regalan otra bien real: “Mami”. Gran letra y la melodía de un piano que puede erizarte los pelos, salvo que el frío, que ya empezó a azotar a la ciudad de la furia, te haya congelado el espíritu.
“Silencio”, “Nada es verdad” y el último corte de difusión, “Vívelo”, se corean a viva voz por todas las butacas, aunque la ovación más grande se la lleva CARLOS “EL NEGRO” GARCÍA LÓPEZ (guitarrista de otro planeta, ex CHARLY GARCÍA y doble de riesgo de LA MONA JIMÉNEZ). Si el tiempo en la televisión no fuera tirano, a este señor le haría un párrafo aparte. Háganse un tiempo y escúchenlo, vívanlo.
El escenario se vacía unos minutos. Un corte y una quebrada.
Cuatro Pedazos
Cambian la faja y el moñito por un par de jeans y remeras holgadas. Se viene el momento que gran parte de los que tenemos más de 20 estábamos esperando. “Acústico”, dice al lado del tema 14 de la lista.
Cuatro sillas, cuatro acústicas, cuatro cantautores. Popurrí de esos temas que hace mucho (pero mucho) tiempo no tocan. “Montiel 134” agita remeras, “El gallo” demuestra que PABLO TEVEZ (baterista, ex mimo y pantalones de cuero) además de darle a los parches con gusto y justeza, es un encanto de violero, “El ojo en la montaña”, “4 pedazos”, “Una casa tres olivos”, “Casa Nueva”, “Todas las hermanas del mundo usan la misma bombacha” para que la chica que tengo adelante se agarre la cabeza porque no puede creer que estén tocando un tema que fue parte del demo de su primer disco, allá por 1996, y “Dolor de tu amor que estalla”. Un poquito de cada uno que te endulzan, que te envuelven, que te dicen que RAUL RUFFINO (voz inigualable, letras otro tanto, bailarín e imitador profesional) es un músico exquisito.
Cerraré las persianas suavemente
La mitad del show restaba por ser vivida. “En la vida”, “Hoguera” y “Más” preanuncian la calma que antecede a todo huracán. Vuelve el NEGRO GARCÍA LÓPEZ y la descose en un temazo: “Te vas”. Ahora, saquen las sillas de su imaginación porque ya nadie queda sentado. “Basta para mí”, “El Poli”, “Trip” y “Campanas en la noche” son pura descarga.
Para el cierre, olor a mar, la ronda y los veranos. El viernes, “Dancing”, (clásico popurrí de temas poperos de los ’80); el sábado una más, “Rock de los patitos”.
Dicen que lo que se regala no se devuelve, pero este público no cumplió y devolvió infinitos minutos de aplausos y griteríos en el saludo final. Ahora sí, hasta luego, que el interior del país los espera.
En tiempos de tolerancia cero, de discutir si BOB DYLAN es un embole o es que aún no lo entendemos, si LOS BEATLES eran unos genios o el único brillante ahí era su productor, a LOS TIPITOS también podes cuestionarlos o no, podes sentirlos o no. Pero la realidad es que existen, y nosotros siempre estaremos en el show.
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