RESEÑAS
Un petiso cabrón

El legendario cantante alemán Udo Dirkschneider, que integró Accept por casi tres décadas, volvía a tocar en Argentina después de 15 años, aunque en esta oportunidad debutaría con su grupo solista. De este modo, la necesidad de verlo era grande, y no solo por las viejas huestes metaleras sino por los jóvenes que lo observarían por primera vez en vivo y en directo.
No dejaron dudas
Primero subieron los locales Eternal y Falcon. Cada uno mostró su propuesta con la intención de obtener una respuesta positiva del público. En parte lo consiguieron. Luego, desde Perú, llegó la legendaria agrupación de trash-death Necropsya, quienes ofrecieron un buen ejemplar de su poderío.
Todas las incógnitas que se habían creado por el estado actual de U.D.O. se develaron cuando la banda salió escena a las 21.50. Sin embargo, el desafortunado comienzo del show poco iba a tener que ver con el desarrollo del mismo. Es decir, el micrófono de su líder estaba apagado, por lo tanto la voz de Udo no se escuchaba.
Los asistentes tardaron más de lo debido en darse cuenta generando así los silbidos del público. La melodía inicial “The bogeyman” fue la que sufrió las consecuencias, pero afortunadamente este mal trago quedó atrás, y la banda comenzó a ejecutar precisas y fulminantes versiones de sus canciones.
De “Dominator” (perteneciente a su disco homónimo de 2009) en adelante, el público disfrutó con mucha enajenación todo el concierto, aunque como era de esperar reaccionaron con mayor energía al momento de los viejos clásicos de Accept. Desde las primeras “Restless and wild” y “Son of a bitch”, el teatro ingresó en estado de ebullición.
Tenía razón
Udo está acompañado por grandes músicos que realizan su trabajo con profesionalismo y sentimiento. Su compadre en Accept, Stefan Kaufmann (guitarra), es la figura central por su glorioso pasado, pero su otro violero, Igor Gianola, es quien deslumbra por su fenomenal destreza con el instrumento.
En distintas entrevistas, el líder alemán aseguraba que su banda estaba funcionando plenamente y que había mucha química entre ellos. Quédense tranquilos que no era verso, ya que rockearon a todo segundo con una solidez y un sonido categórico que hacía revolear las cabezas de más de uno.
Si bien Udo no quiso volver para la nueva reunión de los Accept (tocan este sábado en El Teatro), incluyó en su show de Buenos Aires 10 canciones de su ex banda. La gente, feliz con esta elección. De todas ellas, la más deseada era “Ball to the walls”, su mayor himno. Las voces del público retumbaron por todo el recinto.
Por lo general, en esta era multimedia los más fanáticos y aplicados suelen revisar la lista de temas que la banda viene realizando durante su actual tour. Por eso, pocos imaginaban que tras el tema más esperado le agregarán tres nuevas melodías (solo las tocó en pocos shows).
Y menos aún, que las perlas serían otros clásicos de Accept: “I’m a rebel”, “Burning” y “Fast as a shark”, canciones que nadie esperaba, pero que se disfrutaron hasta el último acorde.
Es cierto que Udo se movió poco por el escenario y que su voz sufre el paso del tiempo. Sin embargo, su sola presencia en las tablas tapa cualquier momento actual; su figura de petiso cabrón atrae y no genera cuestionamiento alguno. Es una persona muy idolatrada por los metaleros, no caben dudas.
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