RESEÑAS
Un nuevo principio delfín

Dudosa estrella. Podría ser la imagen de un astro que se traslucía el viernes sobre la noche, mientras la niebla esfumaba la punta del Obelisco en una postal muy Londres de Buenos Aires, aunque solo en su aspecto. Podríamos estar hablando de una imagen nublada, turbia, como diluyéndose y que aún a sí, permanece brillante, encandila, da luz y calor.
Pero también podríamos estar hablando de un grupo con la suerte rara. Un grupo con una extraña representación de la fama, consiguiendo el “éxito” lejos de la popularidad, las ventas y sus beneficios. Un dudoso estrellato al que llegan los llamados “grupos de culto”, aquellos que supieron tener un futuro enorme pero que fueron bendecidos con la suertedesgracia de triunfar como marginales, selectos e influyentes, a fuerza de talento y perseverancia en iguales dosis.
En fin, LOS SIETE DELFINES son, sin duda, un buen ejemplo para esta última y extraña tipología. Permanecen trasluciendo luz o desbordando oscuridad, a veces todo al mismo tiempo y ahí es justamente cuando su música se vuelve genial. Exactamente con el breve relato que es la intro de “Dudosa estrella” fue como comenzó el show del viernes en el elegantísimo Teatro Broadway.
Todo el universo creado por RICHARD COLEMAN en cada letra de L7D es recurrente a esa propuesta de profundizar la expresión oscura e intimista; no desde el comentario autobiográfico, sino desde la superposición de imágenes, gestos, derrotas, debilidades y flaquezas del interior, sacadas a relucir y brillar sin caer en la autocomplacencia.
Todo este micromundo reluce sobre un paño de aceleraciones post punk (“Tu orden”), o una densa rítmica a la BAUHAUS/LOVE AND ROCKETS (“Dale Salida”), en melodías más pop y oscuras (“Angela”), en rabiosos guiños spinettianos o en fraseos sentidos y de impostura efectista pero adorables e inalterables (“Tuyo”). Seamos claros: COLEMAN es de esos cantantes que a pesar del tiempo, no olvidaron eso de “cantar” en escena como si la canción tuviera vida propia.
El viernes, ante mucha gente expectante por la reaparición del grupo, L7D descargaron cantidades de canciones desbordantes de nostalgia actualizada, sí sí, una extraña sensación de clasicismo mejorado, un update muy cercano a deliciosa relectura post-punk que tan bien les sale a los INTERPOL, por nombrar a un grupo, por nombrar al que mejor lleva y revive esa plateada aura tan JOY DIVISION, tan “Atmosphere”, tan “She lost control”, tan misteriosa, susceptible y feroz.
Y ahí nomás, como muestra, tenemos ese fragmento de confesión a ultranzas que es “Never du nozin”, o como buscarse a uno mismo puede volverse tan incierto y sofocante como buscar “al que tuvo la oportunidad / Que perdió, se perdió por no jugar / Apenas supo jugar”.
Y si “Héroes” de BOWIE, junto con la ciña del concepto “dark”, fueron los estigmas para nada despreciables (pero estigmas al fin) que COLEMAN y L7D debieron soportar por años como referencias casi únicas por parte del público / prensa, hoy el grupo sabe sacar provecho de ambos y, liberados, juegan y se desentienden de los encasillamientos, conjugando pasado y presente en una extraña antítesis que es musicalmente atrayente y estimulante.
A la sincopada y extraña versión de “Love will tear us apart” se le sumaron canciones como ”Travesía”, “Sentimiento Storni”, (sí sí, por la hermosa de Alfonsina y sus versos llenos de desdicha, templanza, desamores y encantos de ultramar), ”Placebo” (no, definitivamente no es por los darkies indie uk, despejen sus dudas, aunque no suena casual la mención).
Todo en un recorrido que incluyó temas que iban del ”Nada Memorable” (’93) a ”Aventura” del (’01), hubo lugar hasta para “A veces llamo”, el clásico de FRICCION, versionado perfectamente por COLEMAN, solo sobre el escenario.
El fin llegó con “Una vez más”, quizás la canción más bella de L7D junto con ”Angela” (esa canción que lleva “alas, para volar al sur”). Entre la épica guitarrera de efectos muy ”My Bloody Valentine”, un espíritu típicamente porteño melancólico, se conjugan allí lo mejor de L7D, lo mejor de una música extrañamente sin tiempo, que no puede ser traducida, pero que al menos ellos intentan releer, tal como la vienen haciendo hace años, tal como lo hicieron en este buen show, tal como no deberían dejar de hacer.
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión