
RESEÑAS
Un milagro en el escenario
Por más que los médicos, los amigos, los periodistas y el mundo cataloguen de milagrosa la recuperación de HERBERT VIANNA tras el accidente sufrido por el músico a principios del 2001 al caer su avión ultraliviano, en el cual murió su esposa LUCY NEEDHAM.
Por más que la imagen de una carretera hacia el futuro se estampe como escenografía detrás de los músicos.
Por más que de los temas de ”Longo Caminho” (último disco de la banda con letras compuestas antes de la tragedia) afloren sentimientos y ritmos hermosamente oscuros, de esos que se disfrutan por la capacidad de eludir a la muerte mediante el arte, incluyendo la elección del cover de THE JAM “Running on the spot”.
Por más que VIANNA cruce miradas cargadas de sentido con sus compañeros JOAO BARONE (batería) y BI RIBEIRO (bajo) y sean esas expresiones “las más profundas”, según dijo el cantante, y las que lo mantienen aún en la tierra.
Por más que HERBERT se golpee el pecho cada vez que lo aplauden y sus ojos se pierdan más allá del techo del Gran Rex, como buscando una comunicación con LUCY, cuando canta frases como “la noche pasada yo soñé con vos” o “ya no consigo no pensar en vos”.
Por más que sumen todo su swing los morenos JOAO FERA (teclados), EDUARDO LYRA (percusión), JOSÉ MONTEIRO (saxo) y BIDU CORDEIRO (trombón).
Por más que enormes y reconocidas canciones como “Inundados”, “Caleidoscopio”, “Linterna de los afiebrados”, “Mi error”, “Dos margaritas” y “Uma Brasileira” hayan levantado al público y hasta por momentos transformado la sala en un carnaval carioca, a juzgar por inexpresivas damas que balancean sus caderas.
Por más que sean “la banda más porteña del rock brasileño” y quede fundamentado por el cover de FITO PÁEZ (presente el viernes, ausente el sábado, al igual que RICARDO MOLLO) “Track Track” y la versión de “Que me pisen” de SUMO.
Por más que irrumpa CHARLY GARCÍA para tocar “Tu vicio” y “Rap de las hormigas” junto a la banda y FABIÁN VON QUINTEIRO. Por más que HERBERT lo invite con un encantador “vení Charlito”, que recuerda en su tono al castellano de LUCA.
Por más que todo el público se emocione cuando VIANNA regala un tema nuevo, solo con su guitarra, que habla de aviones y pesadillas y melancolía y depresión y mares y noches de soledad.
Por más que la prensa lo califique como el mejor show del año, la imagen que quedará como una luz imborrable en el recuerdo será la de HERBERT VIANNA en su silla de ruedas de caños rojos, con las piernas muertas queriendo correr y saltar de un lado a otro, con la pedalera a la altura de las manos para poder maniobrarla, gritando desconsolado su disyuntiva de irse o de quedarse (“Should I stay or should I go”, de THE CLASH).
CHARLY lo mira desde el piano. Los músicos saludan y HERBERT apenas baja su torso hasta llegar a sus rodillas paralelas al techo. Se golpea nuevamente el corazón, mientras sus compañeros BI RIBEIRO Y JOAO BARONE lo ayudan a deslizarse.
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