Totalmente vandálicos

“Una de las mejores bandas de rock”– sentenció PABLO PINO durante el recital que CIELO RAZZO realizó en Obras el 27 de mayo. La banda en cuestión era LOS VANDALOS, teloneros de aquella fecha, que se presentaron el viernes pasado en La Trastienda.

La frase parecía casi exagerada, sobre todo para los que llegaron tarde para ver al grupo en el papel de banda soporte. Pero en las primeras notas vandálicas de “Acá no hay”, en las primeras horas del sábado, la afirmación cobra más fuerza. Un sonido eléctrico al borde del rock progresivo se ve congelado, pero no disminuido, por la voz de DIEGO “POPONO” ROMERO, que deja un fantasma de blues en el oído.

Cuando los sentidos se acostumbran, el rocanrol de “El indulto” acapara las guitarras de CRISTIAN BRUSCIA y JUAN PABLO AGUILAR y el bajo de JUAN REYES, mientras la armónica de PABLO CASADEI suena sobre todos los instrumentos. Entre el funky de “Que todo pasa” y “Funky two”, BRUNO ACANFORA se despacha sobre su teclado. Y entre tanta mezcla, uno puede percibir un leve parecido con otra banda argentina.

Pero la comparación de LOS VANDALOS con los viejos clásicos de SUMO podría llegar a ser una doble ofensa. Por ser una posible falta de respeto para los fanáticos que llevan a LUCA en sus oídos; y para los mismos rosarinos, por el peso que tal comparación produce. Pero tiene sus fundamentos:

Las frases brevísimas están aparentemente desconectadas como en “Sombra o muerta” y en “No sé”, pero llegan a formar una totalidad en una voz rasposa.

Un saxofón, a cargo de AUGUSTO FAZZINI, que acapara todo el aire en el tema “Come on baby”.

La mezcla de funky, reggae y blues durante el repertorio de 17 temas.

Los segmentos melódicos, marcados por la bata de GABRIEL BASSANI, dentro de una misma canción, como “Tonight”, el último tema de la noche. Pero todo es objetable.

Los viejos fanáticos, muchos de Rosario, se van deleitados, mientras uno empieza a entender lo dicho por PINO sobre la banda con 16 años de trayectoria, cuatro discos de estudio y uno en vivo. No será nuevo ni “vanguardista”, pero apropiarse de esa manera sonidos tan clásicos no es para cualquiera. Sólo para vándalos de pura cepa.