RESEÑAS
Tocate algo

En 1998, PAUL GILBERT había venido a la Argentina para dar una clínica. Esta, según varios comentarios, había sido muy interesante. Pero la gran mayoría se había quedado con las ganas de verlo en un show propio (acompañado por su banda). Tuvieron que esperar siete años para darse ese gusto. Es por eso que estos dos conciertos se convirtieron en la primera presentación de este majestuoso guitarrista por nuestras pampas. EL ACOPLE se hizo presente en la primera función.
Pogo inicial
Para ir entrando en calor, la gente de METAL PROJECT ofreció un set de 25’, que abarcó varias canciones de su CD debut, autotitulado. Este combo liderado por ADRIAN SUBOTOVSKY (guitarra) y RUBEN TROMBINI (bajo), también tocó una canción de la ex agrupación de ambos, QUEMAR. La gente los recibió tibiamente. Concluyeron con su prematuro caballito de batalla, “A pura sangre” (pinta para eso).
Tras 40’, PAUL GILBERT comenzó a demostrar su habilidad de movida, a través de pequeños solos que sirvieron como introducción. Estos primeros acordes ya provocaron la algarabía de sus fans. Luego tuvieron un arranque muy punk con “Down to Mexico” y “Space ship one”.
“Buenos Aires!!!,… Are you ready a rock?”, preguntó GILBERT antes de “I like rock”. Al cierre de cada canción, la ovación bajaba desde el público.
La primera gran emoción de la noche fue cuando sonó “Let the spirit fly”, de RACER X. Si con sólo anunciarla la gente se puso de pie, imagínense lo que sucedió cuando finalizó la misma. Aquí demostró lo que realmente es capaz de hacer. Pero cuando les había dado un pequeño descanso con “Terrible man” (de su reciente placa), arremetió nuevamente con otra de RACER X, “Viking kong”. En el medio del tema se quedó sólo en el escenario, en donde dejó bien en claro porque es considerado uno de los mejores.
Cuando se producía algún silencio entre cada canción, siempre se escuchaban comentarios halagadores hacia el músico. “Animal” y “Maestro”, fueron dos de ellos. También vale mencionar que GILBERT utilizaba auriculares para ciertas canciones. Parecía ser que en las canciones más técnicas los empleaba.
¿Qué querés que toque?
Este gran violero norteamericano tiene la particularidad de expandirse por varios terrenos, es decir, se puede mover cómodamente tanto en el heavy, como en el rock, el punk, el funk, el soul, etc… Y esto se pudo ver claramente a la hora de hacer versiones de otros artistas. Primero interpretó Live & Let Die, de PAUL MC CARTNEY, para después despacharse con una de MADONNA: “Open your heart”. Como ven, muy amplio el muchacho.
No solo él tuvo tiempo para mostrar sus cualidades, sino que su batero también desplegó lo suyo. A mi entender, fue un solo bastante largo y monótono, que no llegó a enganchar a la masa. Después de ello, una de las baterías del pedal de PAUL se quedó sin carga. Mientras le solucionaban esto, GILBERT -en broma- le cantó dos canciones a la batería. Las risas se multiplicaron (bah, sólo los que sabían inglés), el resto se entretenía gritándole al stage “gordo, gordo…”.
Es tan reconocido el hombre, que la importante marca de guitarras Ibanez le armó un modelo especial, que lleva el nombre de él. Para “Technical Dificultéis”, de RACER X, comenzó a utilizar dicha viola. Luego continuó ofreciendo su manejo del instrumento, a través de diferentes ritmos. En esta oportunidad, le tocó el turno al flamenco, en donde PAUL siguió dando claras muestras de su amplitud musical.
Una persona del público le pidió un tema de MR. BIG y con total amabilidad le regaló la melodía. La canción en cuestión fue “The whole world’s is gonna know”. Los covers siguieron desfilando por la noche del jueves: JIMMY HENDRIX (”Voodoo child”), VAN HALEN (”Human being”) y THE ALLMAN BROTHERS (”My drum”). Esta última era la banda de la cual PAUL era fan a los 16 años. Todas las versiones al estilo de GILBERT.
Amor a primera vista
Él y su bajista estaban vestidos con baby dolls (blanco y azul, respectivamente). En cambio, su batero estaba -por comodidad- con una camiseta de fútbol y unos pantalones cortos. Antes de los bises se escucharon dos canciones más, una de ellas, ”Suicide lover”, con una onda muy GREEN DAY. El cariño entre GILBERT y su público era recíproco. “Argentina los amo a todos”, remarcó PAUL, ante el “Olé, olé, olé, GILBERT” de sus fans.
Tras un minuto, volvieron para continuar con algunas composiciones más. Entre ellas, se destacaron “Green-tinted sixties mind”, de MR. BIG y “Jumpin’ jack flash”, de THE ROLLING STONES. Luego de saludar con un simple “Buenas noches, Buenos Aires”, cerraron con “SPD”, cuando el reloj marcaba 23:55hs. Mientras se encendían las luces del local, todo el mundo comenzaba a hablar sobre el show que acababa de ver.
A lo largo de dos horas, PAUL GILBERT mostró todas sus facetas. De esta forma nadie se fue disgustado. Aunque, sin dudas, estos estilos estuvieron marcados por el buen gusto que le imprime PAUL a su música. Vale remarcar también que GILBERT es tan representativo para los fanáticos de la guitarra, que hasta a algunos llevaron sus instrumentos para que PAUL se los firmara. Ahí se darán cuenta lo que significa es este músico para sus seguidores.
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