RESEÑAS
Te invito a mi fiestita

El clásico de LOS REDONDOS “Todo un palo” desaparecía. Era el final del set de LA CHINGADA y, de alguna manera, la bienvenida que nos empezaba a dar PAMPA YAKUZA. El público que ya es amigo se entremezclaba con los familiares, conformando así una masa homogénea que ansiaba por verlos en escena.
Arriba, el clip de “La mañana del mañana”, una seguidilla de imágenes simples que sobrevuelan la cotidianeidad y la nostalgia equilibradamente. Abajo, esa masa celebra el sonido y las imágenes con una euforia tal que convierte al ay ay ay” del estribillo en un símil sapukay bastante simpaticón.
Final del clip y la gran entrada. En algo que se parece una fila van tomando posiciones. Parecen pibes que están bajando del trencito de la alegría para ingresar a su fiesta de egresados de quinto año. La euforia se nota en sus cuerpos, ya que saltan, patean globos, aplauden… La intención es clara: se celebra el lanzamiento de un segundo disco, el anfitrión se llama PAMPA YAKUZA y tienen más de seiscientos invitados que están esperando divertirse. Por eso, rápidamente toman posiciones, arremetiendo con “La mañana del mañana” y “En el umbral”, dos temas bien arriba que son, justamente, los que abren “Orilla”.
Así, la banda empieza a delinear un show que, como todo, tendrá sus altibajos en la lista, pero que se caracterizará por dos rasgos: un sonido más que aceptable (más, teniendo en cuenta que son ocho los tipos que están tocando y YAKU) y la euforia de tocar ahí, de sentir el desafío y saber que se lo está cumpliendo con gran altura.
Se viene “Amor de poliester”, cuartetazo para que el público baile y para que la banda mueva. A la hora de zarandear las cachas, LUCIANO (guitarra y charango), HERNAN (Voz) y YAKU (¿agitador, corista y bailarín?) se llevan todos los premios. Seguro que nadie prestó atención a este detalle porque estaban todos en la misma, pero en todas las fiestas hay una amargada que se dedica a mirar el resto para después comentarlo. Y esta no iba a ser la excepción, y el rol me tocó jugarlo a mí.
Volviendo a la lista, sería inútil analizar en detalle los momentos en que el público respondió con menor efusividad o que el clima pareció apagarse. Es preferible destacar que se pasó por el reggae, el ska, la cumbia y el candombe con un conjunto de percusión que se sumó para “El debe” y “Cuidando el empate”.
Los invitados fueron amigotes. Bandas que es inevitable no pensarlas junto a PAMPA YAKUZA: AZTECAS TUPRO -representada por su líder HUEVO- para “Hagamos uno” y ANDANDO DESCALZO (en realidad, sólo su cantante JUANI RODRIGUEZ) para hacer “Donde amarra la historia”.
Cuando “Carnaval para tu desconsuelo” se hizo presente, los muchachos decidieron abandonar el escenario. No es que se fueron dando por finalizado el show sino que se entremezclaron con los invitados de esta fiesta celebrando todas las expectativas que habían puesto en ese show y que de a poquito se iban cumpliendo.
La cuenta regresiva había comenzado y cuando el reloj indicaba que eran las once y media de la noche, PAMPA YAKUZA hizo “Puede ser” y “Skapando de los noventa” para agotar las pocas reservas de energía que le quedaban a los presentes.
Con la simpleza que los caracteriza, decidieron cerrar la escena abrazados en el borde del escenario, agradeciendo con miradas y saludos a todos. Lástima que no me dieron los globos y la bolsita con caramelos que suelen entregarse en las fiestas. En fin… espero que me la den en alguno de los shows que tienen programados en Villa del Parque para el finde del 9, 10 y 11 de diciembre.
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