RESEÑAS

Talento germano

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Michael Schenker es un talentoso guitarrista que fundó, junto a su hermano Rudolf, una de las bandas más populares de aquel país: Scorpions. Sin embargo, por su adicción al alcohol solo pudo grabar el primer disco, “Lonesome Crow”, de 1972. Luego formó parte del grupo ingles UFO, donde permaneció entre 1973 y 1979, y alcanzó a grabar seis discos en aquella etapa. Este pequeño prólogo nos das pie para lo que sería su primer show en la Argentina.

Bien escoltado

Previo a la presentación del violero, tres grupos locales calentarían el escenario. Insobrio, con su rock sureño, Black Scheeps, con su hard rock ochentoso, y Sleepin’ Brains, con su hard-heavy, mostrarían lo suyo.

Después de una larga espera, Michael Schenker -al mando de su Michael Schenker Group, agrupación que lidera desde 1980- salió a escena a las 23:30. Tras un pequeño solo que sirvió como introducción, le pegaron “Ride on my way”, incluida en su undécimo disco de estudio, “In the midst of beauty” -2008-. A excepción de esta canción, el sonido estuvo contundente, preciso y claro a lo largo de la noche. Continuaron con Cry for the nationsy Let sleeping dogs lie.

La banda que acompañó a Schenker durante esta gira sudamericana estuvo conformada por Gary Barden en voces, Chris Slade (ex AC-DC) en batería, Wayne Findlay en guitarra rítmica y teclados, y Elliott Rubinson en bajo. A pesar de que Slade y Rubinson se sumaron para este tour, no afectó en lo más mínimo al sonido y a la unión del grupo. Otras dos viejas como “Armed and ready” y “Ready to rock” son dos buenos ejemplos. Acá comenzó a participar el público con sus voces y sus palmas.

¿Qué te costaba?

Slade, por su pasado en la banda australiana, era quién despertaba mayor interés y cumplió con creces, ya que además de pegarle fuerte, aportó nuevos arreglos a las versiones originales. Barden, por su lado, recibió tanto criticas positivas como negativas. Su parecido físico y gestual al cantante de AC-DC, Brian Johnson, no fue acompañado por la misma técnica de voz. Aprobó de igual manera, especialmente por su interacción con sus fans.

No es habitual que durante un show de rock la mayoría de los presentes superen los 40 años, ya que por lo general la juventud es quién concurre en mayor proporción, pero si nos fijamos que la carrera de Schenker durante los últimos años contó con escaso éxito, es entendible. Es por eso, que cuando sonaban nuevas perlas como “I want you” y “Night to remember” se mostraban indiferentes. En cambio, con “Rock my nights away” y “On and on” sucedía todo lo contrario.

Todos los espectadores estaban esperando por las versiones de UFO, aunque estas no llegarían sino al final. “Rock bottom” sería la primera y la única, sorprendiendo a más de uno. Parece ser que Schenker se molestó con sus fans por la cercanía hacia con él, provocándole un cierto temor (el tipo está acostumbrado a la frialdad de los alemanes). La canción final, “Doctor doctor”, de UFO, nunca llegó a interpretarse, generando el malestar de la mayoría.

Si bien esta actitud final opacó el show, el resultado global fue altamente positivo, no solo por la performance y la justeza de la banda, sino por ver a un músico de la trayectoria de Schenker por primera vez. Nos mostró sus grandes cualidades técnicas y su enorme facilidad para componer melodías sentidas y agradables. Eso sí, Michael, nos debés “Doctor doctor” para la próxima. ¡No te olvides!

Redacción ElAcople.com

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