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Sum 41: Recuerdos del ayer
El domingo, en Groove, el grupo canadiense de punk pop finalmente debutó en Argentina con un show enérgico y repleto de hits.
Tiempo atrás, las bandas que nos visitaban eran aquellas que no estaban en su pico de popularidad, y que se mostraban orgullosas con sus laureles del pasado. Con el paso de los años esto se fue revirtiendo con la llegada de los grupos del momento, aunque de tanto de tanto continúan apareciendo algunas de estas agrupaciones, tal el caso de Sum 41.
Este grupo canadiense formado en 1996 tuvo su momento de esplendor con los primeros tres discos “All killer no filler” (2001), “Does this look infected?” (2002) y “Chuck” (2004). Fuera de lo musical también tuvieron su etapa mediática con el fugaz de matrimonio de su cantante Deryck Whibley con la popular Avril Lavigne.
Justamente por esta baja reputación actual era una incógnita cuál sería el recibimiento del público. Apenas se anunció la fecha se había estipulado el Estadio Malvinas Argentinas como el lugar del evento. Sin embargo, tiempo después se lo traslado a Groove debido a una venta anticipada no acorde a lo previsto. Este hecho comenzó a responder parte del misterio.
Y el domingo no empezó de la mejor manera. El equipo de trabajo y los músicos fueron en vuelos diferentes desde Lima a Buenos Aires que generó una demora en la aduana por los instrumentos. Como consecuencia, el inicio del show se postergó casi dos horas. De igual modo, todo se mantuvo tal como estaba estipulado, con Mal Pasar ofreciendo un ajustado set de la mano de su álbum de 2015, “Vacaciones en el cementerio”.
Sin dudas, para los fanáticos de Sum 41 la espera valió la pena ya que desde la inicial “Reason to believe”, de su disco más reciente “Screaming bloody murder” (2011), los músicos se entregaron por completo hacia ellos. A Deryck y compañía se los veía con mucha actitud y con la necesidad de demostrar sus condiciones. Y vaya si pudieron transmitirlo. Sus seguidores estuvieron enloquecidos desde ese momento, y más cuando le pegaron dos de sus hits, “Motivation” y “Over my head (better of dead)”.
Desde lo musical, la banda mostró sus diferentes facetas. Si bien tienen su base en el punk pop, también tienen ingredientes del hip hop y del metal. En el popurrí de Metallica dejaron asentado su amor por el género, a tal punto que sus versiones de «For whom the bell tolls», «Enter sandman» y «Master of puppets» sonaron tan pesadas como las originales.
Sum 41 centró su lista en los temas populares como una manera de agradecimientos para sus fans por tantos años de espera. De ese modo, no faltaron clásicos de la talla de «Fat lip», «Still waiting» y «No reason», entre otras. El buen manejo de Deryck ayudaba a que esos momentos fueran aún más explosivos.
El público llenó Groove atraído por aquellas canciones que escuchó durante años. Ahora bien, en la próxima visita la banda deberá editar un disco atractivo luego de álbumes desparejos como «Underclass hero» (2007) y «Screaming bloody murder» (2011) como para mantener ese poder de atracción.
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