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Suicidal Tendencies: Locos de la mente

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La banda liderada por Mike Muir volvió a Buenos Aires con el aditivo de contar con Dave Lombardo tras los parches. Fue el viernes en el teatro Vorterix.

Adaptarse o morir. En épocas donde vivir de la música es complicado para algunas leyendas del underground, Suicidal Tendencies entendió muy bien su lugar en la historia: lo mejor ya lo hicieron y ningún lanzamiento nuevo los va a poner en las primeras páginas de nuevo. ¿Para qué luchar entonces? Eso no es ningún impedimento para seguir girando por el mundo dando un show brutal.

A 35 años de su nacimiento, Mike Muir llamó al longevo Dean Pleasants para la guitarra líder, sumó a los novatos Jeff Pogan en guitarra rítmica y Ra Díaz en bajo, pero se guardó un as en la manga para la batería: nada más y nada menos que Dave Lombardo, ex Slayer y Fantomas. ¿Qué es Suicidal en 2016? Una propuesta demasiado atractiva para perdérsela.

No cabe un alfiler en el teatro Vorterix, tanto que cuando la banda empieza con “You can’t bring me down”, todo el lugar empieza a saltar. Y cuando digo todo, realmente es todo; hasta la gente apoyada en la barra es llevada por la marea humana. El mosh no espera un segundo y los músicos corren y saltan tanto como su público. El show apenas comenzó y ya tienen a todos adentro. Tal vez el sonido no sea el mejor, tal vez le falta un poco de fuerza, pero saltando y cantando al ritmo desaforado de “Two sides politics” y “Go’n breakdown” la gente no parece darle mucha importancia.

Muchos dirán que gran parte del público fue únicamente por el baterista. Otros dirán que la banda hubiese llevado la misma gente, pero que la suma de Lombardo ayuda. Lo cierto es que Dave no solo agrega potencia al grupo, sino que también le da un poco más de color a las composiciones. Si bien ST es una banda hardcore y nadie lo duda, sus toques de thrash y ritmos imprevisibles hacen que la capacidad del baterista engrandezca canciones como “Trip in the brain” o “War inside my head”. Podrán ser temas que tienen tres décadas de vida, pero esta formación nunca suena cansada: Mike Muir corre y gruñe como si fuera 1983. El auditorio, mayor de 30 años en gran porcentaje, vuelve al pogo como en sus años de adolescencia. Muchos habrán estado en el show de Obras, tal vez la formación de los 80 es la legendaria, pero vivimos en este tiempo, y en pleno 2016, Suicidal Tendencies suena mejor que nunca.

Pasan canciones como “How will I laugh tomorrow”, “I saw your mommy”, “Possesed to skate” y la adrenalina no disminuye nunca. Para “Send me your money” la banda hace subir a una decena de chicas que empiezan a poguear en el escenario. Promediando el show nos damos cuenta que la mayoría de los presentes transpira con una sonrisa en la cara o ríe sin parar por todo lo que pasa. Es un show divertido y hace rato que no vemos uno con esas características. Hasta los músicos lo disfrutan genuinamente. Es tan divertido que la gente que sube se roba cosas del escenario dejando a Dave Lombardo sin palillos, por lo que el cubano y el bajista chileno tienen que salir a pedirle a su público que les devuelvan las cosas para poder seguir el show y destrozar la casa con “Institutionalized”.

No hay nada malo en tener conciencia de lo que uno hace, saber que, creativamente, los mejores años están atrás y solo querer entretener a la gente. No tiene nada de malo cuando uno acepta eso, sin ninguna pose detrás. El Suicidal de hoy abraza su legado y da el mejor show posible. Tiene una formación a la altura de la leyenda y brinda un espectáculo que hace honor a la misma. Y eso es más de lo que hacen muchos.

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