RESEÑAS
Spread the word

No hubo banderas. No hubo mosh ni pogo. No existió esa sectorización del fanatismo según su cercanía o lejanía del escenario. No se necesitó un “perfil” específico para pertenecer y dejarse llevar por la música. Ninguno de los códigos de la cultura del rock estuvieron presentes y aún así, la fiesta existió cuando RIDDIM se presentó el sábado pasado en El Teatro de Colegiales para llevar su palabra a nuevos lugares.
A modo de invitación
-¿Qué le recomiendan a alguien que no conoce RIDDIM: el disco o un show?”
– El show. No hay comparación. El disco es una cuestión más fría y se vuelve mucho más mecánico.
La respuesta de HERNAN SCHAPIRA, tecladista de RIDDIM, tres días antes del show no fue infundada. Cerca de las diez, el público se compactó frente al escenario. Y el telón se abrió, mientras la banda hacía una intro con los temas “Puedo esperar”, “Princesa”, “Confusión”, “A donde quieres llegar” y “Como elefantes”. Mientras tres bailarinas enfundadas en blancos vestidos hacían de las suyas, PETY aparecía en escena para cantar el primer tema de la noche.
“¿Por qué no puedo tocar –decía PETY en la misma entrevista anterior al show- si nunca prendí una bengala y estaba de la vereda de enfrente luchando contra eso?”. La respuesta, o la repetición de esa postura, fue el puntapié inicial del show con “Culpable no soy” (del disco “Buenas noticias”), mientras el público empezaba a dar los primeros pasos.
Los invitados: reggae para todos y todos para el reggae
Como toda fiesta, siempre hay presencias especiales. Como las de DANCING MOOD y LOS CAFRES, con sus respectivos representantes.
“La máscara” fue la entrada para los primeros invitados: SERGIO COLOMBO y HUGO LOBO, de DANCING MOOD en trompetas y saxo, y CLAUDIO ILOBRE. Después de “Dejate llevar” y “Cambia la historia”, PAE, violero de DM, participó en “Como elefantes”. Entre las notas de la canción, las tres bailarinas captaban la atención de todo el público, especialmente el masculino. Y después, el primer descanso para luego sumergirse en el mix de temas de “Yo estaré junto a vos”, “Si estás conmigo” y “Guerra tribal”, acompañadas por las voces del público al igual que en “Dando todo”, “Remando” y “Dime que”.
“Vos no te das cuenta de lo que esto significa para toda esta gente”, se escuchó desde el escenario, desde donde GUILLERMO BONETTO de LOS CAFRES participó en “Drifter” y “Abrime tu corazón”, mientras el baile se apoderaba de los dos cantantes y del público.
Por más que los ánimos se calmaran, la música llevaba a todos a un nivel monocorde, pero no por eso aburrido. “Conquering lion”, el “Verdadero amor” de RIDDIM para su público y el enganche de “Unidad” y “Puedo esperarte” fueron la antesala hacia el final. Pero como en toda fiesta, faltaba el gran saludo.
“Un camino” y “Puedo dar más” son canciones que sintetizan el mensaje de RIDDIM: cortar con el estereotipo del reggae y la sectorización y moda de cada género. “Toco reggae, un poco de ska”, fueron uno de los últimos versos que coreó el público, el mismo que desde hace diez años fue creciendo junto a la banda.
Tal vez fueron las luces que acompañaron los climas de cada canción, tal vez fue la voz calma de PETY, tal vez fue la armonía de los teclados de HERNAN, tal vez fueron las cuerdas de la guitarra de FERNANDO DEAÑO o el bajo de ESTEBAN ECHEVERRIA. Quizás los vientos de GABRIEL LEONETTI, ARIEL TENEMBAUM y GABRIEL VARIASCO. O tal vez, todo junto hizo que todo fuera una fiesta para los sentidos.
El final fue la catarsis interna individual que sólo llegaba a ser un leve movimiento de cuerpos llevados por la unión de instrumentos mediante la música, hasta que las luces invitaban no muy amablemente a dejar el lugar.
Según PETY, “Argentina ama el Caribe y los ritmos caribeños. Pero no hay lugares para bailar reggae y sí salsa. Esa es nuestra misión, que se conozca más el reggae. De a poquito”. Como dijo MARKY DREAD a RIDDIM: “Spread the word”. Y que no vuelva.
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