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Spiritualized: Canciones de fe y devoción
La banda comandada por Jason Pierce volvió a Buenos Aires para brindar una presentación especial en formato acústico, el domingo en el teatro Vorterix.
Una temporada en los hospitales recibiendo quimioterapia le hizo bajar los decibeles a Jason Pierce. O mejor dicho a Spiritualized, el seudónimo que utiliza desde 1990 para entregar música al mundo. Casi 30 años bajo la influencia de drogas tienen efecto en la música, pero también en el cuerpo. Luego de una temporada en el infierno, es hora de renacer.
«Acoustic Mainilnes» es el nombre de la gira que trajo al inglés por segunda vez a Buenos Aires. Una gira donde la música del grupo toma una reestructuración importante, enfocándose en la parte acústica, algo que uno no asocia inmediatamente a la banda. Es por eso que este show era más una incógnita que una certeza.
Sólo Jason y el guitarrista Doggen (esta vez en el piano) forman parte de esta encarnación de Spiritualized. En el medio encontramos a 4 coristas y un cuarteto de cuerdas, todo enmarcado en una escenografía inexistente y con iluminación mínima. Desde el comienzo con «Sitting on fire» uno se da cuenta que no será el concierto típico. En épocas de hiperactividad, comunicación y exceso de tecnología, Pierce propone un viaje realmente sutil y sin sobresaltos sobre el repertorio del grupo; por supuesto que hay que entregarse completamente a una música que en un lugar como el Teatro Vorterix, requiere cierta demanda.
Lo que en los discos es llevado gracias a vientos, teclados y electricidad, en este show parece estar reducido a dos acordes, dejando que los coros y las cuerdas guíen la emoción de la presentación. Sin decir una palabra en todo el concierto, con lentes de sol y sin mira al público en ningún momento, canta canciones de fe, redención y corazones rotos, con Dios como protagonista en mucha de ellas. De hecho el viejo gospel, la música negra de las iglesias, es la gran musa de este show. Nada más lejos de la lluviosa Londres.
Una canción es verdaderamente bella si se la puede despojar de todos los adornos y aún así todavía impacta. Es el caso de los temas que más difieren de su versión original, como los covers de Spacemen 3 (ex banda de Pierce), «Walking with Jesus» o «Lord can you hear me?», como «Think I’m in Love» (con coro en español) o «Broken Heart».
La interpretación de «Ladies & gentleman we are floating in space» mezclada con «Can’t help falling in love» de Elvis Presley merece una ovación de pie, aunque ya lo estemos; es el momento más emotivo y que más aplausos genera, sin dudas. Y aunque los músicos tuvieron un par de días para adaptarse, es sorprendente el nivel de conexión y entendimiento por parte de las coristas y las músicas locales que tal vez nunca habían escuchado la música de Spiritualized y entendieron a la perfección lo que el inglés pedía.
A pesar de lo difícil de digerir que pudo haber sido para cierta parte del público, Spiritualized dio un show exquisito y simple, y la hora y media de concierto pasó volando. Con una propuesta minimalista, la performance de Jason Pierce fue tan intensa como lo son sus discos, y sin la necesidad de enchufar una guitarra o tener una banda que lo secunde.
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