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Solo el comienzo

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Desde que se anunció la vuelta de una de las bandas más importante del heavy local, se comenzó a crear una expectativa no acorde a una agrupación argentina. Con el paso de los meses se fue acrecentando, pero los músicos jamás imaginarían lo que iban a vivir. Claudio O’ Connor, Tano Romano, Carlos Kuadrado y Pato Strunz estaban a punto de realizar el show más importante de sus carreras.

Estamos todos

Son pocos los conciertos que generan una locura desbordante. Por lo general, cuando viene un grupo internacional a tocar por primera vez o después de lanzar un disco súper exitoso, son algunos de los casos singulares. Si bien se sabía que la vuelta de Malón iba a provocar una excitación desmedida, ni lo organización ni la propia banda estipuló tal suceso. En las calles aledañas se notaba un clima fuera de lo habitual, con colas inmensas, gritos desaforados y hombres de seguridad nerviosos ante tanta algarabía.

Dentro del estadio no cabía un alfiler, con una temperatura ambiente elevadísima y una energía que desbordaba. Pocas veces se vio al Malvinas Argentinas en ese contexto, sobre todo con una banda de heavy metal nacional. La hora de retraso puso al público aún más excitado, casi sin paciencia. El cacheo lento y la gran ansiedad hizo que todo se demorara, por eso cuando Malón estaba por subir las rostros desencajado en algunos, y emocionados en otros, daban a entender lo que la banda representa.

Finalmente salieron a escena a las 21.45 tras una intro amazónica y la bajada del telón correspondiente. Un momento único, que solo se vive y se siente en contadas oportunidades. Los cuatro personajes aparecieron ante la multitud con los acordes de “Síntomas de la infección”, provocando unos pogos letales y unos gritos superiores a los de O’ Connor. El audio sufría ante este marco, tanto que los instrumentos saturaban y la voz de Claudio se oía diminuta.

El público debía bajar en intensidad, a tal punto que en la siguiente, “Culto siniestro”, presionaron tanto que las vallas de adelante empezaron a ceder. La banda tuvo que detener la canción en dos oportunidades hasta lograr reforzar ese sector para prevenir cualquier incidente. “Si no nos tranquilizamos un poco no vamos a poder seguir tocando”, le sugirió el cantante a la gente.

Estos minutos y los mensajes hicieron reflexionar a la monada, y todo se calmó. Pareciera que ese break también le favoreció al sonidista, que logró encontrar el punto ideal. En “Castigador por herencia”, “Nido de almas” e “Hipotecado” se comenzó a escuchar esa química y ese sonido que tanto los destacó, y que generó esta locura de hoy en día.

La banda iba alternando las melodías de “Espíritu combativo” (1995) y “Justicia o resistencia” (1996), las cuales se apreciaban con una frescura no acorde a un grupo que estuvo separado por 14 años. El heavy metal más cercano a Hermética de su debut como “Ciegos del mundo” variaba con el groove metal de su siguiente álbum como “Grito de Pilagá”.

O’ Connor se mostró impecable, y demostró que puede cantar con sus agudos característicos, a pesar que en su banda actual los dejó a un lado. Además se lo vio más charlador y participativo con sus fans, dando a entender que este show le estaba tocando en lo más profundo de su corazón.

La otra pieza fundamental es el Tano Romano, que con su humildad y sus riffs eternos, es el hombre más amado por sus fans. Cuando se sentó frente a la multitud para interpretar la versión acústica de “30000 plegarias”, le demostraron todo su amor, que parece haber florecido desde marzo del año pasado, con los festejos de sus 25 años

Ellos, junto a Pato Strunz, son las ¾ partes de Hermética, por eso es súper respetable que incluyan material de la H en los sets list de Malón. Y como era de esperar, el estadio se vino abajo con himnos como “Evitando el ablande”, “Otro día para ser” y “Vientos de poder”, que generaron más locura que los propios clásicos de la banda.

Malón dejó en claro que en este regreso tratarán de recuperar el liderazgo perdido, pero no solo viviendo de su pasado exitoso sino con la expectativa de lograr componer nuevo material que pueda estar a la altura de su historia.

Redacción ElAcople.com

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