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Sin respiro

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La banda estadounidense de death metal, que en 2011 cumplió 20 años, debutaría finalmente en nuestro país después de postergar su show por un mes. Con John Gallagher al frente (guitarrista y vocalista, y único miembro original), venían a sellar su nombre y a convertir su show en algo memorable.

Caldera del diablo

Previo a ello, Zoofilia, Tenebrio y Exterminio calentaron el ambiente y dejaron a la escena extrema nacional muy bien parada. El cierre con Exterminio  fue el ideal, sobre todo porque demostraron que los adelantos de “Inhuman atrocities” no tienen nada que envidiarle a las propuestas internacionales.

Si bien el calor había descendido con respecto a días previos, dentro del reducto de Flores la temperatura parecía haberse detenido. Las gotas de sudor hacían mella en cada uno de los presentes, aunque a ellos poco les importaba.

Entonces cuando Dying Fetus  pisó el escenario a las 22, el Asbury quedó sumergido en bailes violentos y gritos desaforados; todo acompañado por una magia extrema singular, esa combinación exacta entre riffs demoledores y súper técnicos que tan genialmente producen los liderados por Gallagher.

Desde el acorde inicial sonaron de manera genial, generando la locura instantánea de sus fans. Un ejemplo puntual es que entre canción y canción se escuchaban comentarios emocionados entre los asistentes. Viejos clásicos como “Homicidal retribution” y “OneShot, OneKill” aturdían por su precisión, y por ende aumentaban esa locura.

Después de muchos cambios de formación, los de Maryland pudieron asentarse con la actual formación que la completan Sean Beasley (bajo) y Trey Williams (batería). Beasley con su oficio reemplaza a la guitarra faltante y Williams es un reloj mortal detrás de los parches. Sin embargo, Gallagher se roba todas las miradas por su voz gutural, su actitud desafiante y sus solos híper veloces y técnicos.

Para sus fanáticos la elección de las canciones fue la ideal porque no se centraron en su última producción “Descend into depravity”, de 2009, sino que le dieron lugar al resto de su discografía. Todos iban por “Praise the lord (Opium of the masses)”, “Pissing in the mainstream” y “Kill your mother, rape your dog”, y al escucharlas enloquecían. También hubo espacio para una nueva composición que estará incluida en su futuro disco, “Reign supreme”.

Casi con seguridad, la vuelta de Dying Fetus será en poco tiempo más y en un lugar más amplio. El boca en boca será la principal promoción para que ello suceda. Todo aquel que estuvo en el Asbury disfrutó de una banda extrema de primera línea, y así lo hará saber.

Redacción ElAcople.com

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