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Simply Red: Perfección pop
La banda de Mick Hucknall volvió a Buenos Aires después de cinco años para dar un concierto impecable en el Luna Park, el pasado sábado.
Es muy difícil decirle no al éxito. La carrera da la mayoría de las bandas de los 80 son un constante sube y baje de convocatoria y repercusión, pero Simply Red siempre estuvo en la cima y allí es donde se despidieron hace unos cinco años. Por eso esta nueva reunión y visita nos toma por sorpresa: Mick Hucknall no necesita más fama, no necesita más dinero, no necesita estirar el éxito de Simply Red por siempre. Pero durante el concierto nos damos cuenta por qué necesita volver…
El show empieza con “Look at you now”, del lejano primer disco “Picture Book”, apenas un testeo de temperatura por parte del grupo. Con la siguiente “A new flame” el concierto ya está hecho y notamos un detalle importante: la voz impecable del colorado. Son muchos los cantantes que logran cuidar sus cuerdas vocales a pesar del paso del tiempo, pero pocos los que logran obtener exactamente el mismo registro que en su juventud; Mick Hucknall es uno de ellos. Tanto que en canciones como “It’s only love” tiene que jugar un poco con el público y la composición para demostrar que es él quien realmente está cantando.
No solo en la voz reside la obsesión del grupo, sino que muchas de las canciones suenan exactamente como en el disco, como es el caso de “For Your Babies”. Es que a pesar de que Simply Red sea básicamente un proyecto solista del cantante, pocas veces se ha visto una banda tan ajustada y sonando tan bien, sobre todo en el Luna Park, que a veces es una suerte de lotería. Por suerte, el público le da a los músicos el reconocimiento que merecen, siendo el guitarrista Kenji Suzuki el más aplaudido y también el que más protagonismo tendría durante la noche.
Mick Hucknall sonríe, baila, arenga, deja la vida en sus canciones y extrañamente se comunica en italiano. Pero en ningún momento hace las cosas de forma automática. Después de la separación de la banda en 2010, si bien sacó un disco solista y participó como cantante invitado de The Faces, la vida del colorado ha sido muy tranquila, aprendiendo a ser un hombre de familia, básicamente. Pero para alguien que ha estado toda su vida en el escenario, es muy difícil no extrañarlo. Sobre todo cuando uno sabe que todavía está a la altura. Es por eso que saca un disco nuevo, “Big love”, pero decide no interpretar ninguna canción del mismo; es un disco personal y casi un gusto del cantante, de ver si todavía podía componer material a la altura. Y si bien el grupo puede ser mundialmente famoso por sus baladas, como la esencial “Holding back the years” (coreada a viva voz), hoy es una noche de fiesta.
Es extraño que un show con un público mayormente adulto se venda con campo en vez de butacas, pero al momento de sonar “Stars”, “Fairgorund”, “The Right Thing” o “Something got me started” lo entendemos: el campo es una pista de baile imparable. No hablamos de pogo, de abalanzarse, de empujar; hablamos de bailar, como se hacía antes. Incluso el repertorio cambia con respecto al resto de la gira; sacan temas nuevos y reemplazan baladas como “You make me feel brand new” por temas bailables como “Ain’t that a lot of love”, “exclusivamente para Argentina”, según dice, y es una decisión acertada.
Hucknall interpreta “If you don’t know me by now” al final con tanto poder como si fuera la primera vez. Se retira con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo que ha hecho un buen trabajo. Y no solo ese: Simply Red dio un concierto impecable y brillante que solo dejó ganas de más. Esta gira es una especie de burbuja en el tiempo que celebra los 30 años de la banda. Ni el propio Hucknall sabe si seguirá después que finalice. Podrán gustar o no, pero en un mundo de tantos artistas artificiales en escena, que una banda tan impecable en vivo como Simply Red no siga, es un crimen.
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