RESEÑAS
Siguen siendo los campeones

Veintisiete años habían pasado desde aquellas míticas presentaciones de Queen en el Estadio Vélez, y también en Rosario, y Mar del Plata. Pasadas las 10 de la noche la espera finalizó. Se apagaron las luces del estadio y sobre la pantalla se proyectaron imágenes del cosmos. El público, encendiendo sus celulares, se “mimetizó” con el escenario.
El tema elegido para abrir fue “Hammer to fall”, que se enganchó con “Tie your mother down”. Inmediatamente, siguieron “Fat bottomed girls”, “Another one bites de dust” y “I want it all”, esta última con un solo impresionante a cargo de Brian May. El comienzo fue arrollador. Y el público demostró que las canciones de Queen supieron perdurar a través de los años, aunque hoy sea Paul Rodgers el que las interprete.
Con un set acústico el show bajó en intensidad pero aumentó en emoción. El punto más alto de la noche llegó con Brian May al borde de la pasarela tocando “Love of my life”, solo con su acústica. Para ello contó con los coros de todo el estadio. Le siguió “’39”, otro clásico de su mejor álbum, “A night at the opera”.
Roger Taylor también tuvo su momento en la pasarela, bien cerca del público. Primero se destacó con un solo de batería, demostrando que su pulso está intacto. Luego interpretó “I’m in love with my car” y “A kind of magic”.
El público parecía contar con un interruptor. Se encendía por completo con los grandes clásicos de Queen, y se apagaba en los temas del nuevo disco, “The cosmos rocks” (“Celebrity”, “Cosmos rockin’”) o en las canciones de Paul Rodgers (“Feel like making love”, “All right now”).
Con una simple puesta en escena, y sin grandes efectos de luces, las canciones fueron el plato principal. Sin la figura de Freddie Mercury, May se convirtió en el centro de atención y se llevó las mayores ovaciones.
Fuera de los temas esperados, en un claro guiño a los fanáticos, interpretaron algunas canciones no tan conocidas. Así pasaron “The words of love”, del disco “Hot Space” (cuyo estribillo fue escrito en castellano), y luego del solo de guitarra de May, “Bijou”, una joya perdida del disco “Innuendo”, cantada por el propio Mercury desde las pantallas.
El final del show estuvo nuevamente cargado de emoción, sobre todo con “The show must go on”, y el mayor himno de la banda, acaso uno de los mejores temas de la historia del rock: “Bohemian Rhapsody”. La banda se retiró del escenario, para retornar luego de unos minutos. Como todos los show de Queen a partir del año 1977 (y el disco “News of the world”) el cierre fue con “We will rock you”, seguido de “We are the champions”.
Usando camisetas de la selección argentina, la banda se despidió mientras sonaba de fondo “God save the Queen”. Estos sexagenarios demostraron que, a pesar de no contar con Freddie Mercury, su música sigue vigente.
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