RESEÑAS
Shaman 2.0

En el marco de un nuevo festival de metal denominado “Metal mix fest” se presentaban dos bandas locales (Sacrum y The Abaddyon Project) y dos brasileñas (Shaman y Mad Joker).
La apertura estuvo a cargo de los jóvenes paulistas Mad Joker, que a fuerza de un rock and roll directo dejaron una grata impresión. Luego subieron los marplatenses de The Abaddyon Project, que con su sonido progresivo demostraron que en Argentina el talento es infinito.
A contrinuación, la gente de Sacrum se reencontró con su público para ofrecerles un show más rockero, y no tan teatral como en ocasiones anteriores.
Inevitable
Era el turno de Shaman, y la sensación de incertidumbre estaba instalada dentro del coqueto lugar. La partida de André Matos y los hermanos Luis y Hugo Mariutti habían generado desinterés en el público local, a tal punto que pocos eran los que se habían enterado de la nueva reencarnación. Esto se vio reflejado en la asistencia.
Con la banda en el escenario comenzaron las esperadas comparaciones, especialmente al momento de las viejas melodías. Si bien se los escuchó asentados y con una buena comunicación entre ellos, esta adaptación no tiene la magia ni el talento de la formación anterior.
Por más que a Thiago Bianchi (voz), Léo Mancini (guitarra), Fernando Quesada (bajo) y Confessori se los observa súper profesionales, glorias del primer CD “Ritual” (2002) como “For tomorrow”, “Time will come” y “Here i am” no alcanzan las estirpe de las versiones originales.
Sabiendo de ello, Shaman decidió centralizar su lista en “Inmortal” y “Origins”. Así las cosas, “Inferno veil”, “Finally home, “Lethal awakening” e “In the dark”, tuvieron prioridad. La gran mayoría del público desconocía estas nuevas melodías.
La ausencia de teclados los convierte en una banda power/heavy más tradicional, generando también que los ritmos autóctonos de su país sean dejados de lado. No solo durante el vivo se notó, sino que en sus últimos dos discos también quedaron evidenciadas estas diferencias.
Thiago tuvo muy buenas intenciones y una gran predisposición. Sin embargo, su tono de voz (parecido al de Matos) no le alcanzó para sobresalir. La imagen de su ex cantante estuvo presente siempre, y fue difícil de olvidar.
Ricardo Confessori tomó una decisión que iba a generar controversias, pero creyó en sus nuevos compañeros y decidió continuar con el nombre de Shaman. Por lo observado el viernes, no fue la mejor idea.
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