RESEÑAS

Sentir el ruido

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Si les digo la palabra “ruido”, ¿a qué la asocian? Bueno, parece que para estos muchachos significa algo más de lo que ustedes y yo podemos imaginar.

En principio es la palabra que le da título a la más reciente producción de HEREFORD. Después de cuatros años sin pasar por el estudio, esta banda uruguaya irrumpe en la escena con esta obra que, al escucharla, permite afirmar que es lo mejor que han hecho hasta el momento.

En vivo y ruidoso

Ya estábamos todos listos. Familia, amigos, músicos, amigos-músicos y corresponsales apuntando datos relevantes del estreno. Ninguno se quiso perder la oportunidad de disfrutar unas copitas de vino para amenizar la espera.

Y elegir La Trastienda para presentar este disquito no fue para nada una mala idea. Las agujas marcaban las 10 de la noche y la voz un tanto nerviosa de DIEGO MARTINO empezaba a hacerse escuchar. Una por una se fueron dando a conocer las 16 piezas que componen este rompecabezas.

Lo primero que vas a notar son los coros. Afinados, agradables, llevaderos y en los lugares indicados, aportados por su bajista y, de vez en cuando, cantante FRANKIE LAMPARIELLO.

Lo segundo, sin duda alguna, es su guitarrista. Parece que se llama GUZMÁN. Y tengo que acercarme al escenario para ver si es una persona o es que en realidad proviene de alguna tierra desconocida. ¡Cómo toca este muchacho! No saben. Me parece que van a tener que escucharlo en vivo.

Presto atención a los temas y empiezo a encontrarle un sentido al título. Las letras me están haciendo ruido en la cabeza, se quedan dando vueltas por un rato y buscan un lugar para quedarse.

Describen atinado y bellamente a los sentimientos en “Limite Perpetuo”, y cuando empieza a sonar “Hipoteca” me pongo a deliberar si es cierto que “el problema es conformarse/no me digas que en no entraba/en tu mente una mirada más allá”. Qué se yo, es jueves a la noche y estoy escuchando una banda que me empieza a gustar. No quiero pensar.

“¡Cómo rompe la viola!”

¿Te compro otra? Le robo la pregunta a un pibe del público. Era claro que no hablaba ni de una copa de vino ni de una latita de cerveza.

Promediaba la mitad del show cuando se escurre entre los temas la instrumental “Patrulla Lunar”, que da envidia. Este tal GUZMÁN no toca la guitarra, la destroza. Qué acertado estaba el pibe del público.

Enseguida descubro ese algo que me estaba gustando. La energía.
El show sin dudas es dinámico; hay temas de todos los colores, hay bases pegadizas y también hay un RODRIGO TROBO que a puro bombo y platillo empuja al ganado, luciéndose en la rockerita “Estrellita” y en “Cuánto más”, que parece retratar la etapa más nefasta de este país: “…y no tenes perdón, tendrías que estar bajo tierra/ por todo lo que sos, muerte, horror y destrucción…” Servimos las últimas gotas del malbec y los charrúas se empiezan a despedir, no sin antes hacer desfilar por las tablas a FACUNDO SOTO de GUASONES y a MANU QUIETO de MANCHA DE ROLANDO, quienes pusieron voz, voto y buenos augurios en esta noche de estrenos.

Buenas letras, intensas y desde adentro, melodías seductoras y un guitarrista de otro planeta hacen que “Ruido” se perfile con buen pronóstico bajo el cielo argento. Yo ya elegí mi tema favorito y le di un nuevo sentido a esa palabra. Ahora les toca a ustedes.

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