¡Sacáte, Villano!

“Me parece bárbaro que después de todo lo que pasó se tomen las medidas necesarias para que nunca más vuelva a pasar… pero me revisaron peor que si entrara a la cancha a ver a Chicago-All Boys un sábado a la tarde”, se escuchó que le decía -con un tono de voz que rozaba el límite de la indignación y la risa-, un chico de no más de 18 años a su grupo de amigos que, apoyados mutuamente, hacían equilibrio para terminar de calzarse las zapatillas.

Faltaban minutos para que empiece el show (apto para todo público), pautado a las 20.55 puntual, y en la entrada la seguridad incautaba todo tipo de objetos que se acumulaban al lado del guardarropas.

¡Villano, soy Villano…!

Una intro a lo VILLAGE PEOPLE y el consiguiente riff del pegadizo tema “Digo que sí” dio comienzo a la noche, que tuvo como protagonista principal la frescura adolescente y despreocupada (y desfachatada) de los VILLANOS.

Si ellos afirman que nacieron sólo para “disfrutar más de la vida”, el pasado viernes dejaron en claro que fueron totalmente dispuestos a sacarle jugo a la noche con su lista de temas (mezcla punk, mezcla rocanrol, mezcla boliche, mezcla…) que superó abiertamente las 35 canciones pertenecientes a sus discos “Sacate Todo” (1999), “No disparen” (2000) y los hermanos “Villanos al poder”/ “Superpoderosos” de (2004).

“Gracias a todos por venir, estamos muy contentos de estar otra vez en Capital después de tanto tiempo” saludó -luego de haber dejado atrás “Alta tensión”, “Claudia Trampa” y “Dios es argentino”-, el guitarrista MINI VILLANO. ”Les pedimos disculpas a los que quedaron afuera y no pudieron entrar, pero son las nuevas reglas y nos tenemos que ajustar a ellas”, agregó haciendo referencia a la nueva (y descongestionada) capacidad limitada del establecimiento, que ahora permite el ingreso de 800 a 900 personas.

Pasaba la graciosa y electrónica-bolichera “Amor satelital”, “Pendeja” y “Hasta la muerte” y NIKO VILLANO -cantante y líder de la banda- se deshojaba y se transformaba de a poco en un VILLANO propiamente dicho, cuando a medida que entraba en calor, se desprendía de la capucha, el saco, la camisa, la corbata, hasta llegar a las inconfundibles remeras kruger-villanas, multiplicadas en un público mayoritariamente adolescente.
Si bien este respondió con su presente, se lo notó un tanto apagado y algunos pocos del centro se animaron a limar continuamente en el pogo y a apoyar con cantitos de apoyo en “Barrilete”, “Maldito Rock & Roll”, “Lima-Limón” y “No tires arroz”.

Los momentos melosos-rocanroleros tampoco quedaron atrás y sirvieron de música funcional para más de una parejita, que apretaba en los rincones con “Chau Corazón” (último corte), “Mi pobre corazón”, “Manos vacías” y “Como duele”, de fondo.

Y los Villanos se sacaron

En el último tramo del show se sucedieron los clásicos villanos y los no tan clásicos: “Ahora vamos a hacer un tema nuevo” dijo irónicamente NIKO, para darle lugar a “Sin mi”, el tema que tiene ese “Sha-la la la la laaaa” que lo tararea hasta tu abuela y que abre el último disco de la banda.

Con “Rocandroll kabeza”, “Sale Caro”, “Descontrol” y “Putas” los VILLANOS despertaron al público de atrás e hicieron agitar a los de adelante, que a esa altura de la noche ya rezaban por un trago de alguna bebida espirituosa, ausente en las barras del Teatro.

Tampoco faltaron los covers como el hitazo cristiano-religioso “El señor de Galilea”, “Te hacen falta vitaminas”, en la versión que grabaron para el tributo bizarro a SODA STEREO, “Yo quiero estar sedado” y “Si yo soy así” con FERNANDO, el ex guitarrista de FLEMA, invitado en guitarra.

Con “Sacate todo”, los VILLANOS comenzaron a despedirse de la noche, invitando a chicos y chicas arriba del escenario para que se saquen en todos los sentidos del término. Pero fueron los VILLANOS los que terminaron su show saludando y agradeciendo como dios los trajo al mundo a toda la gente.

Pasadas las 23.30, los chicos y chicas se retiraban con una sonrisa luego de disfrutar más de dos horas del rock no encasillado de los VILLANOS.