RESEÑAS

Rosario trajo su propio cielo

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Era la 1:30 am cuando llegué a Cemento acompañado de los dos rosarinos ganadores del concurso realizado en la REVISTA EL ACOPLE n*3. Concurso que los invitó a una noche totalmente desquiciada de rock, en la que disfrutaron de los recitales de CALLEJEROS y de CIELO RAZZO en una misma velada. La nota de los de Celina ya está, asi que me dedicaré exclusivamente a estos rosarinos más que interesantes.

Soportando la espera

Al momento de arribar estaban tocando los chicos de PASAJEROS DE LA NOCHE, quienes al instante en que el público aclamaba por la banda principal salieron con el cover “Comandante che Guevara” y cambiaron esos cantitos por aplausos.

Luego fue el turno de LA BERISO, banda que hace un rocanrrol de corte stone, pero que a su vez suena bastante prolijo y ajustado. Estuvieron en el escenario poco más de 45 minutos, en los que repasaron temas como “Damelo” y ”Careta”, sumado a los covers “Ruta 66” de PAPPO y “Enlace” de LOS RATONES PARANOICOS, tema con el que cerraron su show y le dieron paso a la última de las bandas soportes: LA CHINGADA.

Si alguno tuvo la oportunidad de ver a esta banda uno o dos años antes, realmente se hubiera sorprendido por los progresos enormes que hicieron hasta la fecha. La banda no escapa al rock tradicional, pero sí le pone muchas ganas y eso se nota en el sonido, la prolijidad, y el aguante de la gente que lleva. Muchas bengalas, muchas banderas y mucha devoción de ambas partes.

Para esta oportunidad eligieron temas como “Tutte”, y “Que vengan”, mechado por el cover de LOS REDONDOS “Todo un palo”, para cerrar a puro descontrol con “Siempre”, dejando de esta forma el escenario bien caliente para lo que se venía.

Por fin, CIELO RAZZO!

Luego de una larga y agotadora espera para los que venían de otros pagos, los rosarinos salieron a escena. Eran alrededor de las 3.30 am cuando se escuchó un: “Buenas noches, disculpen la demora”, para luego arrancar bien arriba con un clásico de la banda, “Quien baja la pala?” seguido de “Madre poder” y “El silencio del ave”.

Ya para “Chapa y bandera” y “Quizás si”, Cemento era una fiesta. La espera para muchos había valido la pena, mientras que otros desconocidos miraban el desempeño de la banda desde el fondo como tomándole examén. Cantitos varios animaban entre tema y tema, y alguna que otra bengala se encendía mientras POLILLA (voz) -con su remera a rallas exclusiva para recitales (la lavará?)- seguía regalando temas.

Para los que todavía no conocen a la banda, se puede decir el ya clásico y conocido comentario de que son parecidos a LOS PIOJOS en sus comienzos, o ahondar un poco más y comentar que tienen una muy buena base de percusión, que junto a las guitarras le dan su toque distintivo. No es una banda que suene “cruda”, sino que se nota una larga elaboración en cada uno de sus temas, con un bajo y una batería que complementan muy bien las bases principales, sumado a una voz que encaja perfecta en el sonido de la banda. Dicho esto, seguimos con el show.

Uno de los puntos más altos se dio en el momento que interpretaron su “hit” “Estrella”. Video que no rotará en Mtv, pero si “zapean” por CM seguramente lo encontrarán.

Luego de “Otoño blanco” presentaron un tema nuevo, para despues invitar a todos los presentes a nadar un rato en “La gran ola”, tema que llenó de palmas las profundidades de Cemento, ahogandoló en un mismo grito de socorro. “Vamos a levantar un poco” y empezaron con “Frágil” para luego, en “Sin salida”, invitar a MANU de LA MANCHA DE ROLANDO al escenario.

En “Luna” comenzaron con su serie infinita de saludos y agradecimientos a todos los presentes. Se fueron, volvieron para los bises “Vueltas” y “Carne II” y se despidieron nuevamente saludando y agradeciendo a todos los barrios y ciudades.

Cemento se estaba vaciando cuando uno de los punteos más conocidos de la banda desencadenó en una melodía dedicada a una “Mujer”, para más tarde cerrar con las improvizaciones de “Perseguido” y “Bébelo” ante un reducido público que se había quedado esperando algo más de lo ya regalado.

Agradecimientos al por mayor concluyeron con este recital luego de más de dos horas, dejando una imagen seguramente muy agradable para los que los vieron por primera vez, mientras que los fanáticos no tenían nada más que pedir. Sólo salir a la calle, levantar la vista y verse reflejados en ese cielo que se hizo razzo al menos por unas horas en Capital Federal.

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