RESEÑAS
Rock in Río, en Madrid

Mientras algunos van a Coachella y Zeta Bosio tiene su programa y recorre los festivales del mundo, ¿por qué El Acople iba a ser menos? En exclusiva te traemos lo mejor de las jornadas rockeras del festival Rock in Río, en su edición española.
Desde se creación, Rock in Río se ha transformado en uno de los festivales más importantes del mundo a pesar de no contar con una buena continuidad. A eso hay que sumarle el continuo cambio de plazas y la ensalada artística que conforman las grillas.
El día que se inaugura el mundial coincide con la cuarta jornada del festival. Después de varios días de música Fm Hit (Shakira, Calle 13, Miley Cyrus) el panorama cambia totalmente con un cartel bastante noventoso, integrado por Rage Against the Machine, Jane´s Addiction y Cypress Hill a la cabeza.
El predio del festival se encuentra en un lugar gigante en las afueras de Madrid llamado Arganda del Rey. Básicamente, un desierto o la nada misma en medio de Madrid. Pero aunque hablen español estamos en el primer mundo así que el boleto incluye colectivos que te llevan y traen a distintos puntos de la ciudad.
El lugar, como ya dijimos, es gigante. A paso normal se puede tardar 20 minutos de una punta a otra, y en el medio podés encontrar cualquier cosa. Hay una vuelta al mundo, juegos de vértigo, una pasarela donde desfilan modelos, negocios de ropa, negocios de comidas y tres Burguer King. Si, tres. Con cocina, asientos y todo. No creo que sean muy religiosos porque hay acceso a todos los vicios. Alcohol, cigarrillos y preservativos. También te dejan entrar con tu comida. Promotores nacionales, teléfono.
Pero vamos a los shows, que es a lo que vinimos. En los últimos días agregaron al cartel a Robi Draco Rosa. Algunos se acordaran de él: look Lenny Kravitz y grandes trozos de rock, psicodelia y ruido. Pero el tipo estuvo en Menudo y le escribe canciones a Ricky Martin. Perdón, Draco, pero no te creemos. La gente está impaciente porque a eso de las 21:15 sale Cypress Hill con su arsenal de hits fumancheros de los 90.
De entrada se nota que juegan de local. Esta vez en formato cuarteto (no está DJ Muggs en las bandejas, pero están B Real y Sean Dogg así que estamos contentos), los Cypress están en buena forma. Han sacado un buen disco después de años de silencio: Rise Up. Así que los dos primeros temas son del disco nuevo, pero el resto del show es una catarata de hits que levanta al público a pesar de la lluvia. Dr Greenthumb”, How could I just kill a man, Insane in the brain, etc… Como es costumbre, a la hora de Yo quiero fumar, tanto los presentes como banda empiezan a encender brutos cigarros. Creo que si hay que elaborar un ranking,Cypress es la banda menos careta que hay. Rock superstar es la última canción y después de un show de 50 minutos la gente empieza a calentarse.
Y así como Cypress jugaba de local, Janes’s Addiction era completamente visitante. Algo extraño, al punto de que el 80% del público no tenía idea quiénes eran. Lo cierto es que si bien la banda ha sido muy inestable durante toda su carrera (25 años, 3 discos y muchas separaciones y regresos en el medio) no se explica el nivel de desconocimiento. Más teniendo en cuenta que RATM tiene una situación similar.
Incluso mucha gente los empieza a insultar antes que empiece el show. Gente, Janes´s Addiction. Después no se quejen cuando aquí los tildamos de brutos. Por suerte la banda calla a todos cuando salen con esa mezcla de hard rock y psicodelia. La banda en vivo te envuelve, crea una atmosfera electrizante. No suenan a nada parecido. Están vitales como siempre. Perry Farrel con una botella de vino todo el show, Dave Navarro tirando facha (el tipo toca en serio, no es una cara bonita nomás), Stephen Perkins, tal vez uno de los bateristas más creativos del rock alternativo, y la inclusión de Duff McKagan (Guns and Roses, Velvet Revolver) que encaja perfectamente.
Una pantalla que proyecta “El día de los muertos”, luces apagadas y Mountain song que explota. Están todos los temas: Ain´t no right, Been caught stealing, Three Days (el “Stairway to heaven” de Los Ángeles) y Ted just admit it, con dos strippers asiáticas contorsionándose al ritmo de Perry que grita Sex is violent. Tal vez, excepto algunos sacados, no era su público. Tal vez no era el mejor festival para ellos, pero después de Stop, Jane Says y Chip away, uno solo puede pedir que ya mismo se dignen a bajar a Sudamérica. Muchachos, empecemos una colecta. ¿Quién tiene casa para hospedarlos?
Pero era hora del plato fuerte. Gente bordeando los 30 y chicos de 12 y 13 años. Llamativo. RATM es la cuenta pendiente de muchos. Varios se acordarán de la cancelación de 1996, cuando iban a tocar en el festival de Las Madres De Plaza De Mayo. Bueno, Rage Against the Machine es todo lo que se espera. Son una bomba. Son capaces de levantar a los muertos. No sacan un disco hace una década, pero las canciones las interpretan con tanta fuerza como siempre. Testify, Bombtrack y People of the sun, las tres primeras. Y si, ya sabemos que le podemos criticar las mismas cosas de siempre. Socialistas, pro guerrila, pro indigenas, pro zapatistas pero después terminan cobrando fortuna tocando en el primer mundo en el festival de Shakira. Cuando empezás a matarte con los que tenés al lado al ritmo de Bullet in your head o Bull on parade, te importa muy poco. Si es que antes te importaba algo. La lista, la de siempre. Hits mazazos como Guerrilla radio, Sleep now in the fire; algunos para los fanáticos, como Township rebelion, y covers incendiarios como Wh
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