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Rob Zombie cumplió con lo pactado
El domingo, en el flamante Mandarine Park de Punta Carrasco, el cantante y cineasta de horror rock debutó en Argentina con un show contundente en donde repasó su material solista junto a algunos clásicos de su ex banda, White Zombie.
Si bien la figura de Rob Zombie ya no genera el impacto de antaño, en nuestro país su espectáculo era una novedad. Muchas de las 7.000 personas presentes querían sentir en persona ese shock que provocaban sus presentaciones. Y de la mano de su carrera solista, con ya 15 años y cinco discos, tenían la oportunidad de descubrirlo.
Actitud y entrega
Este nuevo predio de Punta Carrasco iba tomando color, primero con el paso de la gente de Eva y luego con los más experimentados Bloodparade. Llegaría el turno de Rob Zombie ante un clima muy destemplado. Quizás esta temperatura contribuyó a que el público estuviera un tanto distante tanto en la previa como al momento de la intro. Sin embargo, apenas la banda se posó en escena, los asistentes modificaron drásticamente su actitud.
Esa imagen arrolladora y ese groove tan característico los despertó de esa pasividad en la que estaban inmersos. La canción “Teenage nosferatu pussy”, que abre su último trabajo “Venomous Rat Regeneration Vendor” (2013), fue la responsable de esta explosión. Con la siguiente llegó el primer clásico de la noche, “Superbeast”, y por ende la primera reacción masiva de sus fans.
La base musical formada por el ex Marilyn Manson, Jhon 5, en guitarra, Gionger Fish en batería y Piggy D. Rob en bajo, sonó muy rabiosa desde el primer acorde. Desde esa seguridad, Rob pudo desplegar con tranquilidad todo su carisma, además de sus poses de rockstar. Su momento de mayor interacción fue cuando bajó a las vallas para cantar junto a su gente uno de los clásicos más importantes de su ex grupo, White Zombie: “More human than human”.
Justamente, la carrera de Zombie despegó definitivamente con aquel disco, “Astro Creep: 2000” (1995), en el que este tema estaba incluido. Como suele suceder con tantísimas bandas, los egos comienzan a notarse al momento del éxito. White Zombie dejó de exitir y Rob formó su propio proyecto con el que permanece desde hace quince años. El público local tiene un gran recuerdo de ese momento y así lo exteriorizó también con “Super-Charger Heaven”.
Previo al último hit de White Zombie, “Thunder kiss ’65”, la banda jugó con una parte de “Enter Sandman”, de Metallica, para luego sí engancharle dicha canción. La gente agitó desde el acorde inicial generando así otro gran instante del show.
Luego John 5 quedó solo en escena para ejecutar un gran solo de metal neoclásico, que si bien poco tiene que ver con el estilo industrial de la banda, supo entretener de igual forma a los fanáticos. Zombie retomó la canción con la casaca del seleccionado argentino. Se despidieron con “Dragula”, la melodía más exitosa de su trabajo en solitario.
Pese a no contar con toda la parafernalia que lo acompaña en Estados Unidos y Europa, Rob Zombie pudo brindar un show contundente de 75 minutos, el cual lo mostró en gran forma. No necesitó de sus elementos extra musicales para brillar. Sin dudas, con este presente, su futuro es promisorio.
*Fotos por Fernando Fernández
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