RICHIE KOTZEN en Argentina

¡Arena up!

Pasadas las 21hs, largó KHRYSE (hard rock) ante muy poco público. De movida el sonido estuvo muy saturado, cosa que perduró durante toda su participación. Los instrumentos casi no se reconocían, como así tampoco la voz, que era poco nítida. También vale decir que la acústica del teatro deja bastante que desear. No ayuda a dar un buen espectáculo. Igualmente no dejaron pasar la oportunidad de promocionar su EP “La furia del siglo”. De allí sonaron: ”Camino”, “Pecadores y “Desde arriba” entre otras.

Con una actitud más positiva pero con los mismos inconvenientes, ARENA (new rock) puso lo mejor de sí para conformar a todos. Desde mi punto de vista estuvieron un paso más arriba que sus antecesores. La gente estuvo muy apagada. Ni siquiera el esfuerzo del cantante logró levantarlos. El grupo trataba de conquistarlos. Por ejemplo en “Pasión árabe”, una bailarina llamada ZAMAIA comenzó a bailar al ritmo de la música. Recibieron algunos tímidos aplausos. Otros temas: “Más allá” y “Grito final”.

¿Y estos monstruos?

El grupo que se destacó sin duda fue HEXATONICA, ya que mostraron algo diferente a comparación de las demás agrupaciones. Estos platenses sorprendieron a más de un presente. Desde el vamos, con la versión del himno nacional dejaron con la boca abierta a varios. Su rock progresivo instrumental sonó impecable y sin fisuras. Por lejos, consiguieron ser los más aplaudidos de todos los grupos invitados. Entre las tres canciones restantes (todas propias), ”Doble Fractura Expuesta Con Picardía”, sobresalió por sobre las otras.

KEFREN cerró las performances de los actos soportes. Siendo el grupo de mayor renombre, la gente les prestó su debida atención. Presentaron varias melodías de su cuarto disco “Eléctrico”, editado recientemente por Volumen 4, como por ejemplo, ”Juicio final” y “Envenenándome”. En esta última producción las influencias de KISS no son tan evidentes. Hay un progreso compositivo en las nuevas canciones. La despedida, como no podía ser de otra manera, fue con “Detroit rock city”, de KISS.

Sin tanta devoción

En un clima bastante distendido, RICHIE KOTZEN subió al escenario a las 0:25hs. No se notaba el fanatismo que caracterizan a los recitales de rock. La gente, en su mayoría, venía a apreciar a un grande de la guitarra. Durante una hora y cuarto, RICHIE desplegó su virtuosismo, a pesar de que las canciones no lo favorecían tanto.

Sonaron varias melodías de su último disco (decimocuarto álbum solista) “Get up”, la cual le da nombre a la gira. Su show lo comenzó con la que abre dicha placa, “Losing my mind”. De esta manera fueron pasando los temas, que en general, eran poco conocidos por la masa. Todos ellos giraban por un hard rock bastante accesible, mezclados con algunas baladas infaltables en un show de este estilo.

El trío, además de RICHIE, está compuesto por el también ex MR BIG e IMPELLITTERI PAT TORPEY, en batería, que fue ovacionado tanto como el propio líder. A la hora de la presentación de cada uno, los aplausos más efusivos le correspondieron a TORNEY. Pero en cuanto a currículum su bajista (PHIL SOUSSAN) tampoco se queda atrás, ya que participó en las bandas de OZZY OSBOURNE y VINCE NEIL.

Con uno de POISON

La respuesta del público llegó de la mano de un tema de POISON. KOTZEN solo con su viola se despachó con un clásico del grupo, como lo es “Stay for what you believe”. Aplausos y canto a capella para el estribillo por parte de la gente. Otra canción que fue bastante festejada fue en “Socialite”. Ahí RICHIE demostró su gran manejo del instrumento.

Lamentablemente no fue el mejor lugar para observarlo, ya que como comentamos anteriormente, la acústica del teatro no es la apropiada. Sobre todo para este estilo, donde los instrumentos deben sonar bien precisos, así sus músicos pueden demostrar su virtuosismo. Se despidieron con “Shine”. El tema se coreó en buena proporción.

En general, el público se fue bastante disconforme. Los fanáticos se quejaron porque esperaban que tocase más tiempo. Los curiosos, en cambio, esperaban que RICHIE regale más pinceladas de su talento. Una minoría se fue alegre, con la ansiedad de verlo nuevamente al siguiente día.