Reggae de amor y paz

Emplazado en los bordes del barrio de Agronomía, el Microestadio de Argentinos Juniors es parte de un espacio urbano plagado de fábricas e industrias de todo tipo, y diariamente cientos de obreros llegan hasta allí para poner en funcionamiento toda esa estructura.

Hoy es sábado, y sin el ruido de la maquinaria escupiendo producción, todo este lugar debería estar durmiendo. Pero no.

La calle que te conduce a las puertas de acceso de la canchita del Bicho se extiende bordeando las espaldas de la Estación Arata, FFCC Urquiza, y en esta templadita noche lentamente se va convirtiendo en un paseo artesanal de compras: remeras con mucho de amarillo rojo y verde, pines y posters de bandas, collares, pulseras, pipas para fumar chala, y, por supuesto, puestos de carnes a las brasas, que se venden a precios accesibles para cualquier bolsillo.

Recorremos un poco el improvisado paseo y advertimos que un grupo de agentes del orden está agolpado frente a uno de los puestos en cuestión. Pensamos por un momento que los uniformados quizás estarían labrando un acta, aplicando una multa o simplemente secuestrando mercadería. Pero nada de eso, amigos. Los muchachos también fueron seducidos por la pinta y la fragancia de los choris y se disponen a bajonear con voracidad. Por lo que vemos, ninguno de los mulos atina a pelar billetera.

Entre tanto, la voz de NÉSTOR ya pululaba por el ambiente. NONPALIDECE, con su dub para el corazón, desde el pedazo de tabla que le correspondía, arrancaba el ciclo de recitales denominados “Rock y Reggae”.

Llegamos, y es justito cuando RESISTENCIA SUBURBANA toma la posta y se despacha con “Va a servir” ante un recinto colmado, que nada tiene que envidiarle a Obras o al Luna Park en cuanto a comodidades.

Simétricamente dividido en dos, el escenario alberga a ambas bandas y sus respectivos instrumentos. Un poquito de esto, otro poco de aquello.

Un mix de dos temas cada uno para arrancar la historia, y luego NONPA toma el control y arremete con una seguidilla de siete canciones (“Tu presencia”, “Dime ya” y “Danger man”, entre otras) que hace alborotar a la nutrida convocatoria, sobre todo a la femenina. Hay que admitirlo, las agradables melodías de los rastudos tienen una mayor recepción en las chicas, independientemente de la calidad musical de ambas bandas.

Y como no podía ser de otra manera, el oriundo de Jamaica también canta presente. “War” es la elegida por los pibes de RESISTENCIA, quienes con un fade out impecable dan lugar para que NONPALIDECE suba al volumen nuevamente y se despache con una impresionante versión de “No more trouble”.

Lo que sigue es el set del octeto de LUIS ALFA, que incluye nuevas composiciones aún inéditas en las que se refleja un salto de calidad en los arreglos y en las armonías vocales que aportan los guitarristas FABIÁN y WALTER. “Ladrones”, en tanto, motiva los primeros pogos de la noche, que continúan con “Cosas que nadie oía”, “Volando tan alto como el sol”, “La unión verdadera” y esa épica barrial titulada “Rastone”.

Siempre me pregunté como sonaría RESISTENCIA con la voz de NÉSTOR” es la invitación de LUIS para que el frontman de la banda de San Fernando se ponga al frente de la suya. “Reggae del Universo es interpretada por RESISTENCIA, versionando a sus colegas de manera contundente gracias a la sólida base del tandem bajo-bata. El campo se convierte en un mundo de cuerpos moviéndose pendularmente hacia un lado y hacia el otro. La devolución de gentilezas no se hace esperar y con la voz corroída de ALFA, NONPALIDECE reversiona Cuidado.

Para finalizar, las bandas se fusionan para una interminable y poderosa versión de Iron lion Zion, en la que ambos bateros dan clase de coordinación, con movimientos en perfecto ensamblaje. Terminan todos a los abrazos.

Casi tres horas de show, excelente nivel sonoro y mucha calidez musical. Dos orquestas que pusieron de manifiesto el afecto que se profesan. Dos propuestas musicales que se diferencian, pero que se encuentran hermanadas por el reggae. Esta fue, sin dudas, la unión verdadera.