Que se repita

Dos bandas estadounidenses referentes de su género unirían fuerzas en la noche del miércoles. Cypress Hill, uno de los grupos más importantes en la historia del hip hop, y Deftones uno de los conjuntos más interesante del metal alternativo. Ambas están tratando de reencontrarse con su mejor imagen, y éste era un buen momento para comprobarlo.

Mucho groove

Pocos sabían de la participación de Plan 4, aunque era algo razonable ya que se habían agregado a último momento. Fue tan así que no llegaron a probar sonido, cuestión que los terminó perjudicando notablemente. De igual manera, le pusieron mucha actitud, y gracias a temas como “El verdugo” y “Último recurso” tuvieron una aceptable versión.

A continuación fue el turno de Cypress Hill, quienes durante sus 75 minutos dieron una probada muestra de su categoría. Si bien viven de su pasado glorioso, hoy con sus directos se mantienen presentes y siguen siendo una referencia ineludible de su género.

Como era de esperar, el público enloqueció con los himnos que los hicieron famosos durante los ’90, tales los casos de “Tequila sunrise”, “Insane in the brain y “I ain’t goin’ out like that”. Las interpretaciones fueron tan aceitadas que generaron placer hasta en el más indiferente.

El hip hop, como otros estilos, caen en la tendencia de repetir la fórmula de la melodía una y otra vez. Con los Cypress Hill también sucede, aunque no en sus shows. Es decir, sus cantantes B-Real y Sean Dog se entregan de una manera de tal que te contagian y te mantienen en vilo en todo momento. Ciertos temas intrascendentes toman otro color con sus performances.

Con su último álbum “Rise up” (2010) están intentando volver a su época de gloria, pero por ahora sus fans prefieren su material más antiguo. Esto quedó comprobado cuando tocaron el tema que le da título, ya que hubo una respuesta bastante tibia.

El cierre con “Rock superstar” con la presencia del Chino Moreno de Deftones dejó al estadio encendido para lo que vendría.

El Chino + 4

La mayoría de los espectadores estaba por Deftones, por eso cuando se apagaron las luces a las 22 y comenzó a sonar el preludio, la ovación fue inmensa. El arranque con los dos primeros sencillos de “Diamond eyes” (2010), la que le da título y “Rocket skates”, no fue el más logrado, pero no por culpa de la banda sino por un sonido semi tapado que no los hacía brillar como correspondía.

Los técnicos rápidamente se dieron cuenta de ello. A partir de allí, empezaron a demoler al público con asesinas versiones de viejos clásicos como “Be quiet and drive (far away), My own summer (shove it)” y “Around the fur”. Nos estaban demostrando que la actualidad de la banda es excelente.

Pocas son las agrupaciones que logran captar la atención de diferentes públicos en una misma canción. Es decir, primero te pueden hacer enojar, y luego dejarte en estado depresivo. Deftones es uno de estos casos. Sus bases duras se fusionan con un aire de melancolía difícil de describir. “Knife party” y “Sextape” son dos buenos ejemplos.

Su cantante, Chino Moreno, es el gran responsable de este sonido. Durante el show lo demostró, además de darle vida real a cada canción con su entrega. No necesitó ser demagogo para enamorar a sus fans; el solo hecho de sentir las melodías generaba ese efecto.

Parece que la incorporación de Sergio Vega (bajo), en lugar del accidentado Chi Cheng les ha dado un sonido más renovado y fresco. En las canciones más sentimentales como “Digital bath”, “Minerva” y “Change (In the house of flies)” se lucieron más que en su show de 2007.

Vale destacar a Moreno nuevamente, quién entonó a la perfección toda la noche. “Passenger”, “Root” y “7 Words”, algunas en las que brilló. Mismo cuando compartió escenario con Sean Dog, de Cypress Hill en “Back to the school”.

Un espectáculo que dejó conforme a todos los presentes. Muchos habrán optado por uno u otro show, pero ninguno demostró algún tipo malestar por lo observado. El respeto entre las tribus de hip hop y de metal fue otro punto a favor.