SHOWS
Por la reivindicación

Si bien contaron con una buena difusión durante el período de 2000 a 2002 gracias a la producción de Mariano Martínez, los muchachos de Tandil nunca tuvieron el reconocimiento ni la ascendencia en el público que realmente hubieran merecido. Su punk influenciado por grupos ingleses siempre aportó buen gusto con melodías adictivas. Pero no les bastó para ser uno de los grandes nombres del punk local. Por suerte, ahora tenían su merecida fiesta.
Invitados por doquier
Con las sentidas palabras de tres de los cuatros Jauría (Ciro Pertusi, Ray Fajardo y Mauro Ambesi) a través de un video comenzó la conmemoración de los 20 años. Los notas de los músicos se iban mechando con el clip de “Hay una figura”, primer corte del último disco “El sonido de tu tiempo”, de 2011.
Apenas concluyó apareció la banda en escena, se acomodaron en sus lugares y su cantante y guitarrista rítmico Matt Buzz les dio la bienvenida. Inmediatamente largaron con “Buenos muchachos” y “Cuando yo esté muerto”, pertenecientes a su debut “Buenos muchachos”, de 2000.
El público se mostró muy entusiasmado desde el inicio, con agites y voces constantes, mostrando la necesidad por expresarles su cariño. Ellos notaron rápidamente ese afecto y agradecían una y otra vez, a tal punto que a su guitarrista Juan Papponetti se lo observaba por momentos muy emocionado.
Ese espíritu festivo se desteñía un poco con un audio bastante desprolijo y no del todo claro. Canciones como “Cuatro paredes”, “Dando vueltas por tu vida” y “El llamado”perdían lucidez. Con el paso de los minutos, la situación se fue amoldando y generando de este modo que las melodías alcancen tu real dimensión.
Este concierto estuvo inundado de músicos amigos, varios de ellos históricos en la escena punk local. Estuvieron los ex que pasaron por el grupo como el bajista/fundador Diego Techeyro para “El mundo en agonía”, y el baterista Mariano Fiel para el combo “Prisionero” y“Sin comentarios”.
Sin embargo, el fuerte estuvo en los músicos de trayectoria. El primero en aparecer fue el Chino, de Cadena Perpetua, que se sentó tras los parches para “No reply”; luego el Ponja de Tukera y Ale de Bien Desocupados para “No sé qué pensar”, y los cuatro Superuva para “Qué me das”. Cada uno aportaba su toque e historia.
El esfuerzo de seis meses se notaba en una banda que sonaba profesional y ensayada, acompañado ahora sí con el sonido ideal. Tal es así que la voz dañada de Matt podía apreciarse mejor de lo real. Mientras los temas continuaban pasando: “Todo terminó”, “Días distantes”, “Afrodita”, entre otras.
Las sorpresas seguían. Federico Pertusi logró uno de los momentos más efusivos con su participación en “Jardín eléctrico”. Luego, Herman de Mal Momento y el Niño de Rey o Reyna no se quedaron atrás en la versión de “El probador”, de Virus, con un público que también tuvo acción trascendente.
Ya con un sonido pleno, Katarro Vandáliko demostraba en cada melodía sus influencias británicas, con los Buzzcocks como principal ascendencia. La frase que reveló de Matt el menor de los Pertusi: “Tandil es a Manchester lo que Buenos Aires es a Londres”, dando a entender la importancia que tuvo este grupo sobre ellos.
Tras los pasos de Hugo Irisarri y Diego Piazza, de Doble Fuerza, en “Espero que alguna vez”, y Juan Novoa en “Lucy”, estaba llegando el final. El triplete “Castillo de naipes”, “Bajo el sol” y “Si te encontrara” generó los mayores pogos de la noche, dejando así extasiada a la buena cantidad de público presente. Sin embargo, hubo uno más para la despedida: “Terciopelo y Gillette”.
Este show fue un buen paso para que la banda pueda de una vez por todas alcanzar el éxito que merece. Por sus melodías y buen gusto deberían haberlo alcanzado antes, pero todo llega en la vida, y los Katarro Vandáliko saben que algún día lo lograrán.
1 Comentario
Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión