Placeres privados

Siempre fui una convencida de que la música es algo que se comparte. Con tus amigos, por ejemplo, disfrutas de mostrarles la banda que descubriste, de contarles el show que viste y sos capaz de llamarlo a altas horas de la noche para decirle “poné VH1” porque están pasando algo que para vos realmente vale la pena.

No obstante, mis convicciones se derrumbaron al descubrir que con ciertos Cds de determinados artistas soy bastante egoísta. Al igual que lo es el chocolate o el sexo, en muchos casos, los Cds originales se vuelven un placer privado que a uno le cuesta compartir.

Para ver hasta dónde puede justificarse esta manía, decidí buscar gente que guarde y cuide bien a sus discos buenos y, por qué no a los no tan buenos (¿Quién no tiene alguno de promoción o que recibió de algún lado que es bochornoso?). Así es que di con Horacio Antelo, tecladista de  Aztecas Tupro, quien nos confió: “Los que más atesoro son los vinilos de los Beatles que heredé de mi tío, sobre todo el “Álbum Blanco”, que es mi favorito. Aunque tiene una mordida de rata, de cuando estaba abandonado en algún recóndito lugar”.

No obstante, no todo fue calidad en la discoteca de Horacio ya que recuerda “un cassette que me daba vergüenza, y por eso lo grabé encima, era uno que me había regalado mi abuelo cuando había ido a USA: un disco de Bruce Willis”.

Los amantes de lo bizarro podrán consultar a Horacio sobre el cassette de Bruce Willis en alguna de las fechas que realicen en San Bernardo, Santa Teresita y Mar del Tuyú durante la primera quincena de febrero. Sino, pueden esperar hasta el sábado 21, fecha en que cerrarán su gira con  Cadan en el Asbury Rock.