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Peter Hook: el héroe del bajo

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Peter Hook visitó Buenos Aires en plan solista para tocar en el teatro Vorterix y hacer un recorrido por sus más de 35 años en la música.

Llamalo instinto, años en esto, casualidad, pero algo me decía que al show de Peter Hook en el teatro Vorterix había que estar bien temprano. La decisión fue la correcta, ya que a las 20:15 y frente a solo un puñado de personas salió el legendario bajista en lo que sería la primera parte del show, exclusivamente con canciones de Joy Division. Esto haría las delicias de los pocos presentes y desataría la furia de los que llegaron sobre la hora. ¿El motivo? Nunca lo sabremos, aunque uno cree que se debe al extenso concierto que daría el ingles y a la prohibición del lugar de que los conciertos se extiendan mas allá de las 23 los días de semana. Aun así debería haberse anunciado esto de manera mas profesional.

Con una actitud casi punk, la banda salió a comerse el escenario con canciones como «Disorder», «Digital» y «Shadowplay». Las dudas sobre lo que podía generar el show de Hook quedan disipadas al instante. El bajista ha entendido mejor lo que conlleva el sonido de Joy Division, y su voz hace que sus versiones queden mejor paradas frete a las que suele hacer New Order. Una lástima que la media hora que duró el set haya sido presenciada por poca gente, ya que fue, sin dudas, la parte más intensa del recital, y seguramente la razón por las que muchos compraron sus entradas.

Ya a la hora señalada para el concierto, y con una sala repleta, los primeros acordes de «Ceremony» hacen olvidar el mal trago. Imposible arruinar una de las mejores composiciones alguna vez hecha. Con la siguiente, «Procession», nos damos cuenta del objetivo de Peter, pero repasemos un poco la historia. En 2006, New Order dio su último show, acá mismo, en el Club Ciudad. Luego de eso se retirarían para siempre. Por supuesto, esto no fue verdad y regresaron, pero sin Hook. Y mientras la banda continúa recreando su período más hitero y exitoso, Peter decidió salir a tocar las canciones de Joy Division para ahora sumarle el catálogo más desestimado de New Order. En esta oportunidad la excusa de la gira era presentar los primeros dos discos de su ex agrupación: «Movement» y «Power, corruption & lies».

Lo que comenzó como un show energético, lentamente se va transformando en un sinfín de climas. Es preciso decir que tanto Joy Division como New Order son bandas fundamentales para el desarrollo de la música moderna. Ya ni decimos buenas o importantes: fundamentales. Y esos dos primeros discos están lejos de los himnos de estadio y discoteca que supieron legar, sino que marcan un camino de experimentación y búsqueda. No es de extrañar que ninguno de esos dos trabajos no contengan un solo hit, en un grupo que supo hacerlos como si nada.

La banda que lo acompaña se divide todo el tiempo entre la electrónica y lo real, con dos bajos a cuestas que logran crear un sonido más vivo y actual de esos trabajos. Claramente Hook ha entendido la parte más post punk y visceral del grupo, tomando la influencia de bandas alemanas como Kraftwerk o Can, y agregándola su impronta inglesa.

Es un concierto difícil, las canciones son difíciles. Pero el público respeta y escucha. Cada tanto aparece una de esas canciones perfectas como «Age of Consent», que se magnifica después de un show tan poco bailable. Temas como éste reflejan la verdadera virtud de New Order; esa cosa entre lo oscuro y lo luminoso, el rock y lo bailable. Los discos a presentar son buenos trabajos y establecen lo que pronto serían, pero están lejos de calar hondo en el público. New Order es una banda de canciones, pero lo que está bueno es el concepto de presentación cronológica de las composiciones, y entender un poco más esos prototipos de himnos electrónicos como «Everytything gone green».

Es por eso que para el final hay algunos enormes como «Temptation» o «Blue Monday», de un lugar más adelante en el tiempo, convirtiendo el lugar en una discoteca y rompiendo totalmente con el clima que habitaba hasta ahora. Y nada mejor para cerrar que una de las mejores canciones de la historia de la humanidad como lo es «Love will tear us apart», tal vez el himno más improbable de todos.

Luego de casi 3 horas, Peter Hook se despidió sonriente por demás. Quienes dudaban de la calidad artística del show, se encontraron con un hombre dando un concierto más que digno, tratando de reivindicar sus años de formación que luego fueron los de otra gente.

El hombre a la altura de su leyenda.

*Fotos por Guillermo Coluccio

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azafatodegira.com

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