DISCOS

Partido homenaje

Por  | 

No es raro que este tipo de proyectos resulten dispares debido al eclecticismo de intérpretes, lo que deriva en una ensalada de estilos y géneros. Al no haber denominador común -salvando de que se recrea el repertorio de un solo artista, en este caso León Gieco-, quizás sea más adecuado hablar de “colectivo creativo” y no de “disco”. pinkfloydeana de “La colina de la vida”, a cargo de Las Pelotas, siendo esta la primera grabación sin Alejandro Sokol en sus filas. De igual manera se entienden los temas que lo suceden: “Guitarra” –poema de Atahualpa Yupanqui que León adaptó musicalmente- hecho por un extrañamente artesanal Luis Alberto Spinetta; y la balada “Todos los días un poco”, en la enorme voz de Mercedes Sosa, acompañada por dulces arreglos de cuerdas.

A partir de allí, el trabajo coordinado por Afo Verde se hace barranca abajo, derivando en Outlandish, agrupación danesa que se vale del inglés para extender más todavía a “Solo le pido a Dios” (“I only ask of God”). Hay otros patinazos, como el del ex Nocheros, Jorge Rojas, que su interpretación le quita melancolía a “La navidad de Luis”, acaso la esencia de la misma.

Dos polos opuestos como el punk y el folklore también se unen para celebrar al artista: el sonido británico es representado por Smitten, los españoles Reincidentes e Infierno 18 (en descuidadas traducciones de “La mamá de Jimmy”, “La memoria” y “Hombres de hierro”, respectivamente); los más autóctonos llevan como bandera a Gustavo Santaolalla –en colaboración con los músicos de Bajofondo-, con su relectura de “Cinco siglos igual”. También participaron los músicos de Arbolito, a esta altura, un clásico de la escena.

Queda por mencionar las intervenciones adultas de Bersuit Vergarabat (sin Cordera, quedando Cóndor Sbarbatti como dueño del micrófono), La Vela Puerca y Los Tipitos, tan solo para volver al principio y re-escuchar la voz cósmica de Germán Daffunchio. También para esperar la segunda parte del tributo, a editarse en diciembre, con la presencia de Joan Manuel Serrat.

Tenés que estar logueado para escribir un comentario Iniciar sesión