Para DIVIDIDOS, la selección

El arranque del fin de semana que pasó ofrecía a DIVIDIDOS en The Roxy Club como opción y fueron un par de miles los que la eligieron. Esta fecha del viernes era la primera de las cuatro que la banda pactó para despedir este año; las dos primeras se hicieron este fin de semana en Colegiales y las otras dos se harán el próximo en Flores, en El Teatro.

Más de uno fue a este concierto pensando que tal vez podría escuchar un adelanto de algo nuevo del grupo, tal como lo hicieron los que fueron a La Trastienda hace poco, donde DIVIDIDOS tocó treinta segundos de una nueva canción. ¿Por qué sólo treinta segundos? Según explicó RICARDO MOLLO, guitarra y voz, para evitar que subieran la canción mal grabada a Internet… No está de más recordar que hace más de cinco años que no hay nuevo disco de la banda y hay mucha expectativa al respecto.

Adentrándonos en el show del viernes en sí, el arranque del mismo fue con “ Estallando desde el océano”, de SUMO. Como se imaginará, un inicio inobjetable.

El calor que hacía adentro del recinto era indecible, DIVIDIDOS en escena y encima la gente estaba al palo. Infernal. Pero, para los que gustan del rock, un “infierno encantador”.

El concierto siguió con “El arriero”, bajando decibeles, pero levantó con todo enseguida de la mano de “Salir a asustar” y “El 38” y muchos temas más de ese estilo que le valieron a la banda el apodo de LA APLANADORA DEL ROCK.

De la primera mitad del show, además de la primera canción, se destacó también “La mosca porteña”, del primer disco del grupo, “40 dibujos ahí en el piso”. Este tema marcó un momento tan SUMO como cuando hicieron canciones de esa banda.

Promediando la mitad del recital, que mostró al baterista CATRIEL con una musculosa de DIVIDIDOS (alguno pensará que en respuesta a los rumores que indican que se alejaría del grupo), MOLLO tomó asiento, agarró una guitarra electroacústica e hicieron algunas canciones tranquilas; entre ellas, “15-5”, que es seguramente de las más lindas de la banda.

Para ir entrando en clima de rock al palo de nuevo, después del momento de calma relatado, tocaron otro de SUMO: “Silver moon”. Y de ahí hasta el final todo fue bien aplanador, haciéndole honor al mote del grupo. Palo y palo y palo. Entre otros, sonaron: “Elefantes en Europa”, “Azulejo” y “Paisano de Hurlingham”. Ah, también otro de SUMO, “La rubia tarada”, y uno de JIMI HENDRIX: “Voodoo child”.

El cover de ese clásico de HENDRIX incluyó una improvisación descomunal, que incluyó hasta momentos cercanos al blues pero que por supuesto tuvo sobre todas las cosas rock potente y de ejecución magistral.

Al respecto de esto, si se me permite la confesión de un parecer, pienso en el juego que la mayoría de los que gustamos del rock supimos hacer alguna vez, que es armar la selección nacional de rock, o la banda ideal, como se prefiera.

Y se me ocurre que el seleccionador de turno, el COCO BASILE de ese equipo, le sacaría muchos hombres a DIVIDIDOS, tal vez a los tres, porque en la misma banda están ni más ni menos que ARNEDO y MOLLO —de los que a esta altura no hace falta decir mucho sobre sus aptitudes musicales— y encima CATRIEL que en batería es un demonio, bestial. Si hasta se lo vio tocar con las manos, en la época que en DIVIDIDOS todavía le dejaban hacer solos…

El cierre de la noche vio pasar uno más de SUMO: “Nextweek”. Y también “Paraguay”, la perla “El fantasio” y, el último de todos, “Ala delta”.

DIVIDIDOS entregó un excelente primer recital de la serie de despedida del 2007. Y atentos, santos en remera: MOLLO prometió que en breve los podrán ver al aire libre. Tal vez, ya con material nuevo.

No queremos cerrar esta cobertura sin agradecer a los cuarenta lectores de EL ACOPLE que colaboraron con $ 1 para que compremos una entrada y cubramos el show, ya que DIVIDIDOS no da acreditaciones a la prensa. Ojalá que en un futuro el grupo revea esta medida, así no tenemos que molestarlos de nuevo, lectores.