RESEÑAS

Pánico Volador

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Hace unos días leía un artículo referido al “boom” de la música nacional, las presentaciones multitudinarias y las bandas que emergen por doquier. Lindo panorama ¿verdad? Pero creo que habría que detenerse en dos puntos –a mi entender- claves. El primero, no todo lo emergente es precisamente “nuevo” –ya que hay grupos que desde hace un rato están laburando con un perfil bajísimo y que recién ahora están siendo tenidos un poco más en cuenta- y por último, dentro de lo etiquetado como “nuevo” hay cosas buenas y también hay otras que resultan detestables.

VOLADOR G y PANICO RAMIREZ se oponen respecto de la temporalidad. La primera hace cuatro años que viene trabajando (no es mucho, pero tampoco es tan poco) y ya ha cosechado dos EP –“Animal” y “Ultramar”– y el larga duración bautizado con el nombre de la banda. Mientras, la segunda se formó a mediados del 2003 y tiene en su haber, únicamente, un simple.

Las similitudes entre ambas se dan desde el poderío en vivo -ambas acuden a los samplers y se apoyan en las crudas guitarras- hasta la participación en el disco “Pop de Salón”, editado por el Salón Pueyrredón en junio de este año. A su vez, tanto VOLADOR G como PANICO RAMIREZ cuentan con líderes con una personalidad tal que terminan sobresaliendo por sobre el resto de la banda.

Buenos temas y excelentes reversiones

Atrás había quedado la medianoche y con ella BLUR, MORRISEY, THE CURE y demás. Todos ellos lanzados por un DIEGO CHAMORRO que discretamente se ubicaba en un costado del escenario. Cuando eran la una menos veinte, sale VOLADOR G. Una vez que están todos en sus lugares, su cantante FERNANDO PECORA alienta: “Aguante Bielsa… Boludo, si el domingo somos campeones hasta Niembro va a ser hincha de Bielsa”. Y ante nosotros, el primer ejemplo de la interacción permanente entre el público y la banda. Repito, este fue sólo el primer ejemplo.

La descarga se inicia con “Nunca creas nada” y los ánimos se aplacan en “Tu merced”, la tercera de las nueve canciones que formaron el set. Más tarde, se vendría el cover de FRICCION “Sin plegarias” –incluido en el compilado mencionado anteriormente- tema en el que el cantante jugueteó con la parte trasera de su campera logrando el equilibrio justo entre lo sensual y lo rocker.

“Dulce oscuridad” y la correcta versión del temazo de SODA STEREO “Final caja negra”, pusieron punto final a una presentación poderosa, que contó con más aciertos que errores, donde PECORA salió airoso en su rol de frontman.

En estado de pánico

Nuevamente DJ. CHAMORRO tomó las bandejas y a lo largo de veinticinco minutos musicalizó el levantamiento de sillas y mesas por parte de la gente del local. Cuando todos estábamos de pie y ya nos separaban treinta cinco minutos de la una de la mañana, salieron tres de los integrantes de PANICO RAMIREZ: DIEGO GARCIA (guitarra), GASTON MORALES (batería) y GERMAN LENTINO (bajo). Suena la intro de “Rockstar” -el primero de los temas- y recién en ese momento aparece la persona que parece haber inspirado el tema: el cantante del grupo, DIEGO BAUS.

Lentes onda Ray Ban, pantalón escocés y saco entallado a la cintura, símil terciopelo, en un color púrpura-violáceo son llevados con un divismo (no excesivo, pero divismo al fin). En el comienzo de “Esta noche” levanta los brazos por sobre su cabeza con ambos dedos índices en alto, tomando al pie del micrófono como compañerito de baile, resultando complejo concentrar la mirada en otro punto del escenario que no sea él.

El power de la banda se amalgama con la intención de devorarse la escena de este chico que se relaja en “Silenciador” donde muestra que él puede cantar y que el grupo es capaz de ser melódico y romanticón sin ser blando ni edulcorado.

Se para en el borde de las tablas para bailar los primeros acordes de “Nada que perder” y también lo hace para saludar con ambos brazos en “Lo mejor”, último tema de la noche. Dice “Chau, gracias” retirándose solo -de la misma manera en la que entró- y dejando a sus compañeros sobre el escenario como encargados del cierre.

De esta manera se termina una velada donde las dos bandas proponen buenas cosas sin inventar demasiado. Sin embargo, VOLADOR G mostró que sus años laburando fueron fructíferos, ya que suenan compactos y logran ser poderosos sin ser ruidosos. Llevaron adelante un set dinámico y prolijo, cosa que no todos los grupos pueden lograr. En tanto, PANICO RAMIREZ se muestra como una de esas bandas a las que hay que darles tiempo. No porque no sean buenos, sino todo lo contrario: sólo llevan un año de vida y tienen todas las herramientas para llegar lejos.
El pasado viernes vimos la lluvia en las afueras de Niceto y sentimos el frío en su interior. Hubo poca gente… Es verdad. Pero todos sabemos que la masividad no garantiza la calidad. ¿No?

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