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OFF!: El hardcore es asunto nuestro
La banda liderada por Keith Morris se presentó el viernes en La Trastienda de San Telmo para brindar un show hermosamente caótico. The Tormentos y Satan Dealers fueron los invitados.
Hay que celebrar cuando todo se presta para que sea una noche memorable. La banda indicada, la productora indicada, el público indicado, los soportes indicados y hasta la música que ameniza la espera es la indicada. Off! en La Trastienda es todo un evento; un grupo nuevo con 35 años de historia.
Y como decimos que todo estuvo a la altura arrancamos con las bandas soportes, Tormentos y Satan Dealers. Los primeros dieron un set muy corto pero muy efectivo, mechando canciones propias como «New Wave» con covers como «Moon Over Marin», de los Dead Kennedys. Lamentablemente no mucha gente se hizo presente a la hora de su show. En cambio, los liderados por Adrián Outeda tocaron cuando el lugar ya se encontraba repleto, y la banda dio una demostración de potencia y buenas canciones como «Ten millions miles way», «Detrás del sol» o «Filler», el cover de Minor Threat que despertó la alegría de los curiosos.
En un mundo lleno de falsedades y artistas prefabricados, Off! es real. Por eso abren el telón cuando todavía no se calzaron los instrumentos. Nada de divismos: sale el jefe, Keith Morris, con sus rastas y pelada juntas, a mover cables y probar las cosas; nada de asistentes. De todas formas no hay mucho que hacer. Esto es punk rock; enchufamos y salimos.
Keith Morris se pasea por el escenario sin mirar al público, coloca una kilométrica lista de temas de tres hojas en uno de los parlantes, llama a sus compañeros y comienza con su ataque. A sus casi 60 años, este hombre sigue más enojado que nunca, gritando una ráfaga de canciones que no llegan al minuto de duración; Off! es punk rock vieja escuela por parte de uno de sus creadores, secundado por una elite de ejecutantes punk rockers: Dimitri Coats, Steven Mcdonald y Mario Rubacala. O sea, una bomba atómica. Claramente la gente del lugar no tenía mucha idea quién tocaba. La Trastienda es anarquía pura; invasión constante al escenario, gente volando por todo el recinto. Hasta los de seguridad ven la situación y deciden dejar sus puestos. Si el lugar se cae a pedazos no será con ellos adentro.
Aunque la banda tenga historia, al mismo tiempo es una banda nueva. Nadie osa pedir temas de sus ex grupos, y cuando algún colgado lo hace, es callado por el mismo Morris, que cuando no está gritando una canción, habla con la misma furia. Habla del sistema político americano («Now I’m Pissed), habla de sus amigos muertos jamás reconocidos («Jeffrey Lee Pierce»), habla de los primeros años del punk rock en Los Ángeles («Peace in Hermosa»). Es una máquina de tirar veneno en forma de canción o discurso.
¿Hablar de lista de temas? Imposible. La banda tiene dos discos con una duración de 16 minutos cada uno. Creo que sonaron cada una de las 32 canciones que Off! tiene registradas, muchas a la altura de los grandes clásicos de sus ex agrupaciones: «Wiped out», «I don’t belong», «Upside Down». Fueron 45 minutos absolutamente dementes que concluyeron cuando parte del público subía a robar algún souvenir mientras los de seguridad se bancaban los escupitajos de los de abajo y el guitarrista Dimitri Coats era llevado en andas hasta la calle.
Noche punk rock, de esas que ya no abundan mucho.
*Fotos por Javier López Uriburu
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