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O’Connor al ataque

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Claudio O’Connor piensa que “Naturaleza muerta”, el sexto disco de O’Connor que salió a la venta a fines de noviembre, es la obra que mejor se enmarca en un concepto. En toda su carrera.

Pareciera que semejante conclusión habla de un trabajo que requiere una explicación profunda; sin embargo, la misma es tan sencilla como estas palabras del cantante: “A todos los discos anteriores les pusimos los nombres una vez terminados. Acá fue al revés: primero surgió el título y trabajamos las canciones en virtud de él”.

No hay que ser experto en el arte de la deducción, entonces, para intuir que este álbum es una acabada muestra de inconformismo hacia la situación de la naturaleza, en muchas de las acepciones que el término tiene, pero fundamentalmente en esa que dice que la misma es el “conjunto, orden y disposición de todo lo que compone el universo”. Ni más ni menos.

O’Connor se queja, protesta, señala. Apunta contra Internet, la despreocupación por el planeta, los que comen ballenas, las hogueras, las guerras, las leyes, la tecnología.

A veces, sus palabras de lucha están gritadas como solía hacer en Hermética; en otras ocasiones, en cambio, su voz es más suave y prolija. Lo mejor del disco se oye cuando ocurre lo primero y esos alaridos propios de una bestia enferma se unen de modo inherente a la música avasallante, a la que se imagina como un Malón al ataque.

Ejemplos de estas canciones que se destacan son “Se parece mucho a vos” y “Jardín de la eternidad”; un caso de delicadeza es justamente el cierre de la producción, “Algunas veces”, que los músicos dedicaron a sus hijos. Al parecer, según O’Connor, esos nenes son la esperanza de que la naturaleza hoy muerta resucite mañana.

*Este viernes, O’Connor presenta “Naturaleza muerta” en Niceto Club.

Redacción ElAcople.com

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