RESEÑAS
No tan sublime

La vuelta a los escenarios en 2009 generó muchos cuestionamientos en los viejos fans de Sublime porque, según ellos, esta nueva reencarnación no representa el verdadero espíritu de la banda. Sienten que la vida de Sublime finalizó con la muerte de Brad Nowell en 1996.
Si la incorporación del joven Rome Ramírez (guitarra y voz) provocó malestar, imagínense lo que sucedió cuando comentaron que el baterista Bud Gaugh no sería de la partida debido a problemas familiares y personales. En definitiva, una entrada elevada para ver solo al bajista original, Eric Wilson.
Recuerdos
Los dos actos de apertura, Ave Raris y Leonchalón, le regalaron al público dos muy buenos sets. Ave Raris y su reggae poderoso gustaron y despertaron mucho interés. Con un cartel mayor, los Leonchalón demostraron el porqué de su ascenso. El reggae local estuvo representado por bandas de proyección.
Después de la polémica por este retorno, la nueva versión de Sublime denominada Sublime With Rome ya estaba en el escenario del Malvinas para tratar de enterrar todas las dudas. Rome Ramírez intuyó que sería el centro de las miradas, por eso buscó conectarse con los presentes rápidamente.
Con las iniciales “Don’t push”, “Garden grove” y “Right back” comenzaron a generar una conexión especial. Las canciones respetaban la estructura original, aunque Rome les daba su propia personalidad. De igual modo, ese reggae-ska-punk tan característico tiene vida propia y atrapa desde el vamos.
El grupo se dedicó a repasar canciones de sus tres discos de estudio: “40 Oz. to Freedom” (1992), “Robbin’ the Hood” (1994) y “Sublime” (1996). Todas las versiones sonaron de forma ajustada y contundente, dejando en claro que esta vuelta va muy en serio. Quizás la ausencia de un instrumento de viento (en el exterior siempre hay un músico invitado) generaba un vacío en ciertas melodías.
Sin embargo, esto no influyó en la emoción y en la energía del público, ya que corearon y bailaron con cada una de las canciones. La archi conocida “What i got” contó con un invitado en guitarra acústica y, como era de esperar, las incluidas en su exitoso “Sublime” como “Get ready” y “Wrong Way” provocaron una locura superior.
La figura de Rome
Sin lugar a dudas, Rome es el alma del grupo y en quién recaen todas las responsabilidades. No solo sustituye la voz de Nowell sino que se encarga de los solos de guitarra y de hablar y arengar al público, además de intentar obtener su cariño, a priori una tarea nada sencilla.
También hubo espacio para nuevas canciones como “Panic”, que será parte de “Yours truly”, su cuarta placa a salir el 12 de julio. La masa la escuchó con atención, y seguramente dará su veredicto después de la salida del mismo.
La ausencia de Eric Wilson era de movida un punto de protesta ya que no todos estaban enterados de su inconveniente. Pero sorprendentemente nadie pidió por él. Además, Matt Ochoa, baterista de The Dirty Heads, cumplió con creces su función.
Si bien faltaron varios clásicos, la banda trató de conformar a todos. La despedida con “Take it or leave it” y “Santeria” fue un buen cierre para una noche esperada durante años.
Probablemente no será el más recordado de la historia, pero pocos son los que creían en este show, por eso superó todas las expectativas. En definitiva, se pasó un buen momento gracias a emblemáticas canciones de los ’90.
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